El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto este miércoles a Os Peares, el pueblo de su familia y donde se crió de niño, para reivindicarse como un candidato «de pueblo». Frente a los vecinos de esta pequeña localidad enclavada entre las provincias de Lugo y Ourense, un «lugar de puentes» donde «es necesario el entendimiento» y «tender puentes», ha prometido regresar si llega a presidente del Gobierno: «Les anticipo que vamos a celebrarlo».
Igual que hacía para las elecciones gallegas, Feijóo ha escogido su lugar natal para dar el pistoletazo de salida de la campaña, aunque esta vez, en lugar de la residencia del presidente de la Xunta en Monte Pío (Santiago), el destino es La Moncloa. En Os Peares ya intuían desde hacía años que esa iba a ser su meta y no dudan de que lo conseguirá.
El candidato popular ha llegado a pie y puntual, sobre las 10,30 horas, al entorno de la que fue la casa y la tienda de su familia y donde pasó su infancia. El pueblo y el edificio, a escasos metros en pendiente del río Miño, estaba decorado con pancartas que rezaban: ‘Orgullosos de ti. Sempre contigo’ y ‘Dos Peares á Moncloa’.
A Feijóo lo ha recibido, entre otros, su vicesecretario de Organización en ‘Génova’ y cabeza de lista al Congreso por A Coruña, Miguel Tellado, y la secretaria general del PP gallego, Paula Prado. Frente a la casa familiar le esperaban, además de decenas de vecinos y parientes lejanos, su familia más cercana: su madre, Sira Feijóo, su hermana, Micaela Núñez, y su pareja, Eva Cárdenas.
«¡CAMBIA EL COLCHÓN CUANDO LLEGUES A LA MONCLOA!»
Casi uno a uno ha ido repartiendo besos, abrazos y recuerdos, aunque también ha tenido que escuchar algún que otro recado que le dejaban los vecinos. Uno de ellos le ha echo una peculiar e irónica recomendación: «¡Cambia el colchón cuando llegues a La Moncloa, no te acuestes ahí!».
Otra vecina, tras hacerse una foto con él, le ha garantizado que el próximo 23 de julio no solo va a ganar, sino que va a hacerlo «con mayoría absoluta». Eso sí, alguien comentaba que los 176 diputados tendría que conseguirlos «por mérito propio».
Feijóo se ha acercado a abrazarse y darse la mano con otro Alberto, al que ha saludado como «tocayo», mientras algunos de ellos se preguntaban si todavía les reconocería.
«¡El mejor sastre del pueblo!», ha exclamado el líder del PP, apuntando hacia un hombre ante los periodistas. «¡El mejor pianista del pueblo!», ha dicho de otro, con quien incluso ha bromeado: «Yo pensaba que ibas a subir con el piano».
La estampa ya no era la de la última campaña a la que se enfrentó, la de las gallegas de julio del 2020, aunque los ánimos de los lugareños sí eran parecidos. En aquel entonces, imperaban las mascarillas y la distancia social –a veces, difícil de guardar– que este martes, tres años más tarde, han brillado por su ausencia.
«UN CHAVAL NACIDO EN UNA ALDEA»
Su intervención ante los medios, al inicio en gallego, ha servido para reivindicarse como un candidato «de pueblo» que busca un cambio político en España. A su juicio, «sería bueno» que el país tenga un presidente que es «un chaval nacido en una aldea» y que «conozca todo esto no porque se lo cuenten, sino porque lo ha vivido».
«Hoy se inicia la campaña y creo que no podía haber otro sitio para empezar que donde empezó todo para mí. Os Peares son mi principio y mis principios», ha expresado el candidato popular, haciendo gala «del trabajo, del esfuerzo y, por supuesto de la humildad» que le enseñó esta aldea.
Feijóo se ha fijado en la «orografía escarpada» de esta localidad enclavada entre dos provincias, dos diócesis, tres comarcas y cuatro ayuntamientos: los ourensanos de Nogueira de Ramuín y A Peroxa, y los lucenses de Carballedo y Pantón, todos ellos con alcaldes del PP que no se han perdido el evento.
«UN MISMO PUEBLO»
Así, el candidato popular ha hecho un paralelismo entre España y Os Peares, un «pueblo donde es necesario el entendimiento». «Por eso construimos tantos puentes, para entendernos los unos con los otros, para unir lo que los ríos habían separado y para transitar personas que vivíamos en distintos ayuntamientos pero en un mismo pueblo», ha añadido.
En España, también hay personas que «vivimos en distintos lugares, distintas ciudades, distintas comunidades autónomas pero en el mismo pueblo» y en «una nación» que es «una de las más antiguas del mundo, junto con Francia».
Feijóo ha insistido en reivindicar «la humildad, el esfuerzo y el sacrificio de todos los vecinos», porque hace que todos sean «iguales»: «Aquí (en Os Peares) no había diferencias, aquí todos trabajábamos e intentábamos llegar a fin de mes y estudiar, en la medida de las posibilidades».
Por eso, ha prometido seguir «con los pies en la tierra» tras el 23J, con la «modestia y la humildad» como «faros» de su acción política, y ha prometido regresar a su localidad de origen: «No volveré a mi pueblo, por lo menos, hasta después de las elecciones para celebrar el resultado democrático de las urnas. Veremos cuál es, pero ya les anticipo que vamos a celebrarlo».
FINAL DE LA VISITA
Concluida entre aplausos esta intervención, el presidente del PP ha continuado con los saludos, besos y fotos entre los vecinos. Incluso ha accedido a firmar algún que otro ejemplar del libro ‘El viaje de Feijóo’, una biografía escrita por el periodista gallego Fran Balado.
En un pequeño corro entre periodistas y familia más cercana, Sira Feijóo, la madre, tiraba de memoria para recordar no solo cómo el líder del PP vivió en Os Peares hasta que cumplió 10 años, sino también algunos aspectos de su propia infancia. «El balcón era mi habitación», ha dicho la mujer, señalando a una ventana de la casa.
Con Eva Cárdenas a su lado, ha tenido un pequeño intercambio de opiniones con su otra hija, Micaela Núñez Feijóo, sobre si un árbol que hay junto al edificio lo había plantado su madre o no, y ha comentado lo «mayor» que ve ya a su nieto.
Concluida la visita a Os Peares, los vecinos han dispuesto frente a la casa familiar una mesa con comidas y bebidas a las que entre todos han invitado a visitantes y medios de comunicación.
Entre licor café, vino, queso y bizcocho, los vecinos discutían sobre la sustitución de los vasos de plástico por los de cartón, que no les convencían del todo, al tiempo que hablaban de Feijóo, «el nieto de Eladia», como el próximo presidente del Gobierno.