El candidato a la alcaldía de Ourense por el Partido Socialista, Paco Rodríguez, ha establecido como «máxima prioridad» de su programa electoral la aprobación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) y la recuperación del proyecto de la estación intermodal para la ciudad.
En su comparecencia ante los medios para presentar estas líneas maestras, Rodríguez ha estado acompañado por los números 2, 3 y 5 de su lista; Natalia González Beneitez, Alfonso Pavón y José Ángel Barquero.
Ante ellos ha subrayado que una ciudad «solo se puede construir mediante un pacto entre los diferentes». «Pacto, pacto, pacto y acuerdo», ha insistido, exponiendo que, si logran la confianza de los ciudadanos en mayo, «actualizarán» los proyectos que «quedaron en pausa durante estos ocho años de parálisis municipal».
Entre ellos, ha señalado principalmente el Plan General de Ordenación Municipal, asegurando que «existe una base de sólida» para impulsar el plan partiendo del documento aprobado en el año 2013, pero actualizándolo para resolver los problemas urbanísticos «de los próximos 30 años», teniendo en cuenta la nueva legislación surgida en los últimos años.
Del mismo modo, ha manifestado que «no renuncia» a recuperar «el gran proyecto» de la Intermodal porque, «por fortuna», «la inacción de quien gobernó en la ciudad en los últimos ocho años» ha provocado que «no se hiciese nada que sea irreversible». Así, ha indicado que «hay tiempo para intentarlo», para construir un complejo ferroviario «que no divida sino que integre la ciudad».
RETO RESIDENCIAL
Por otra parte, Rodríguez ha hecho hincapié en la importancia de darle prioridad «al gran reto» que representa la adaptación residencial a las necesidades de las personas mayores y el acceso a una vivienda digna por parte de las personas de entre 18 y 35 años.
De nuevo, ha insistido en que, si en mayo la ciudadanía le da la oportunidad de gobernar, este «será uno de los grandes proyectos», impulsando «una empresa pública de vivienda» e instando a «un gran pacto» para fijar un marco de colaboración «con operadores públicos, sociales y privados» y desarrollar «una política estable de vivienda protegida».
Así las cosas, ha apostado por un modelo de ciudad «con crecimiento sostenible, planificación de conjunto y calidad urbanística» que tenga «un uso racional» de los recursos, que proteja el paisaje y el patrimonio natural y construido y que realice «un uso no expansivo de los territorios». Un proyecto que ha descrito como «anclado en el desarrollo público, pero compatible con la necesaria ayuda privada a la construcción de la ciudad».
Asimismo, ha destacado la importancia de «una conexión eficiente» de la ciudad con los polígonos industriales y, en conjunto, el desarrollo de suelo industrial.