El Parlamento de Galicia ha aprobado el Plan ‘Obesidade Zero’ de acción para la prevención del sobrepeso y la obesidad en Galicia, de aplicación entre 2022 y 2030 y que contará con un presupuesto de, mínimo, un millón de euros de dotación por cada uno de los años en vigor.
En la Comisión 5ª de Sanidade, Política Social e Emprego, los grupos parlamentarios han presentado sus propuestas para el plan. Así, el BNG ha instado a la Xunta, en una propuesta transaccionada por el PPdeG y que ha quedado finalmente aprobada, a crear la categoría estatutaria de dietista-nutricionista tanto en atención hospitalaria como primaria y crear las primeras plazas, así como a seguir incrementando las de fisioterapia en atención primaria y garantizar las 45 plazas de psicología clínica ligadas al Plan de salud mental.
Además de esta, y de las 17 proposiciones nacionalistas, la Comisión ha aprobado otras cinco relacionadas con el análisis del bienestar emocional como factor protector del sobrepeso y con la promoción de información «clara, coherente y contrastada científicamente a través de medios de comunicación tradicionales y nuevas tecnologías», incluida la radio y televisión pública de Galicia.
Han acordado además diseñar un protocolo de formación para el personal auxiliar en los comedores auxiliares, «en los que se contemplen pautas de alimentación y adquisición de hábitos saludables».
UTILIZACIÓN DE COMEDORES Y ESPACIOS DEPORTIVOS
Tanto los nacionalistas como el PSdeG han coincidido en proponer ampliar la utilización de los comedores escolares a épocas no lectivas, en las que permanecen cerrados, fomentando así además la utilización de alimentos de proximidad y la creación de empleo, pero no ha habido acuerdo al respecto.
El PSdeG, además de la apertura de los comedores, ha instado a la Xunta a utilizar también los espacios destinados en los centros educativos a la actividad física, aunque tampoco se ha aprobado.
Sí ha conseguido la incorporación del valor del contexto socioeconómico de las familias «como condicionante mediador de los factores de nutrición y hábitos de vida saludables», así como estimar su impacto en la definición de ejes, objetivos y acciones.
Los socialistas han advertido que no se puede hacer «un plan para las élites», recordando que diferentes estudios demuestran que, a mejor nivel adquisitivo, las familias consumen comida más sana y pueden hacer más ejercicio físico.
En relación a esto, sí se ha acordado evaluar la posibilidad de facilitar la actividad física prescrita por profesionales sanitarios, «resolviendo los problemas de accesibilidad en el caso de que esta tenga un coste económico asociado inevitable».
Otra de las propuestas incluidas es el desarrollo de una red de investigación en promoción de la salud, creando y financiando la Cátedra de Vida Saudable, «que promueva la investigación y formación en el ámbito de la vida saludable».
«POCA AMBICIÓN»
Por último, se ha aprobado trabajar en la composición de alimentos y bebidas y sobre los sistemas de medición de alimentos. Con todo, han señalado que les habría gustado que la Xunta hubiese ido «más lejos» y hubiese incorporado el impuesto a las bebidas azucaradas que ya funciona en otros lugares.
El PPdeG no se cierra a esta medida, si bien ha apuntado que primero deberá estudiarse el funcionamiento de ese tipo de impuestos en otros lugares y valorar otro tipo de medidas para reducir el consumo de estos productos.
Todos los grupos han concordado en defender la utilidad del plan, aunque con matices, puesto que censuran la percepción «individualista y no social» con la que ha sido concebido y lamentan la falta de «ambición» en la puesta en marcha del proyecto.
Los populares no comparten ese diagnóstico y afirman estar ante un plan «ambicioso» que busca alcanza 11 objetivos diferentes pero que comparten una meta: «reducir el sobrepeso en la comunidad un 15% en 2030», dado que «más de la mitad de la población gallega tiene sobrepeso y más del 16% sufre obesidad».