Alberto Núñez Feijóo ha proclamado este viernes, en su declaración institucional tras presentar su carta de dimisión ante el Parlamento, que «nunca» había concebido «pronunciar estas palabras de renuncia» en estas circunstancias. «Pero tampoco llegué a imaginar que la política en España, el servicio público, el interés general, iba a ser rehén durante tanto tiempo de la frivolidad, de la popularización y del populismo que se ha instalado», ha contextualizado.
Y por ello, en su despedida institucional, en la que ha puesto fin a su «andadura» junto a la Praza do Obradoiro, lugar que es «meta» y donde «confluyen» los caminos pero también es lugar de «comienzo», ha proclamado: «No quiero ni puedo compartir la premisa de que en el conjunto de España es imposible lo que sí fue posible en Galicia», comunidad que ha gobernado 13 años tras lograr cuatro mayorías absolutas consecutivas desde 2009.
Feijóo, que ha enfatizado en su discurso la «Galicia cordial sigue en pie» y «alejada de nacionalismos intransigentes» y «centralismos de otros tiempos», también ha puesto como ejemplo, en sus palabras, una Galicia «sin trincheras»: «Tengo fe en que el conjunto de España también vuelva a hacerlo».
El presidente de la Xunta, que este sábado pasará a estar formalmente en funciones, también ha incidido en que Galicia es una prueba de una España de las autonomías que «lejos de desvertebrar» el Estado, «ayuda a coserla». No en vano, en sus palabras manifestó estar «orgulloso de un pueblo que rechazó la fragmentación».
En un discurso sin preguntas, tras celebrar un Consello de Gobierno extraordinario junto a todos sus integrantes, y tras la fotografía de familia en la Praza do Obradoiro, Feijóo culminó su despedida con su lema de los últimos años: «Galicia, Galicia, Galicia».