La tensión que se percibe ya de forma abierta en el seno del PPdeG a la espera de movimientos para cerrar la sucesión de Alberto Núñez Feijóo en la Xunta y de ver cómo se traduce en el partido, cuyo timón ya tuvo que soltar al tomar las riendas del PP estatal, se ha dejado sentir en los pasillos del Parlamento, que entregó sus Medallas en un acto lleno de gestos, imágenes simbólicas y hasta fotos a modo de ‘despedida’.

Al margen del propio Feijóo, quien desde que anunció su salto a la política nacional, da cada paso envuelto en un enjambre de periodistas, el protagonismo mediático recayó a primera hora en una conversación que, antes de empezar el acto institucional, mantuvieron el vicepresidente primero de la Xunta y presidente provincial de Pontevedra, Alfonso Rueda, y el presidente provincial del PP coruñés, Diego Calvo.

Y es que el PPdeG se levantó con la opinión de Calvo, a modo de entrevista y luego reiterada en la Cámara autonómica, sobre cuáles son los pasos que, a su modo de ver, se deberían dar para encaminar un relevo con doble vertiente –la institucional y la orgánica– que derive en un liderazgo fuerte y con opciones de mantener la Xunta en las elecciones de 2024.

Calvo es partidario de un congreso en el PPdeG y de que se celebre «pronto». También cree que la bicefalia –un dirigente al frente de la Xunta y otro liderando en el partido– no es la «mejor» opción para un partido presidencialista como el PPdeG, pero afirma que hay que oír a «todo el mundo» y estaría dispuesto a apoyar esta vía si fuese la que contase con más respaldo interno.

Además, a diferencia de lo que hizo el ourensano Manuel Baltar, el primero en pronunciarse ya antes del cónclave de Sevilla y quien también pidió un congreso para designar al candidato de 2024, Calvo prefiere no dar por sentada una opción que cada día parece ganar enteros para el relevo inmediato de Feijóo al menos en el plano institucional: la de Alfonso Rueda.

Con este contexto, la conversación a lo lejos entre Rueda y Calvo no pasó desapercibida, pero no fue la única imagen que dejó el que probablemente será uno de los últimos actos institucionales en los que Feijóo participe como presidente de la Xunta. Y es que, si cumple su palabra, activará el proceso –lo que implica su dimisión– este mes, lo que permitiría a Galicia tener un nuevo presidente ya en mayo. El propio Feijóo ha dicho que en mayo «todos en sus puestos».

Y a la espera de ello fue aclamado por sus diputados y protagonizó una foto de familia con ellos en la escalera que baja a la entrada principal del Pazo do Hórreo, donde bromeó, ante la posibilidad de que abandone la Cámara autonómica y pueda dar un salto al Senado con un acta de designación autonómica: «42 diputados, eh, ¿quién entra por mí?»

Antes de marcharse, aprovechó para saludar afablemente al jefe del Legislativo, Miguel Santalices, a Rueda, y a Diego Calvo, ubicados a su lado en la fotografía. Y Rueda, entre risas y sin contestar a ninguna de las preguntas de los periodistas sobre la sucesión, protagonizó otra de las fotos del día con cierto aire a despedida, con su equipo de delegados territoriales de la Xunta.

AFLORAN LAS DISCREPANCIAS

Feijóo fue aplaudido por sus diputados este miércoles, como fue aclamado en Sevilla entre acordes de ‘A Rianxeira’, pero lo cierto es que, cada día que pasa sin que se cierre una solución para la sucesión crece la tensión y la inquietud en las filas populares, donde las distintas sensibilidades y opiniones que, hasta hace unos días, se rumiaban en privado, empiezan ya a aflorar en abierto.

Baltar abrió la espita y reconoció a Rueda como relevo lógico, aunque matizó su carácter temporal y pidió un congreso para designar al que será candidato en 2024. El portavoz parlamentario del PPdeG, también con ascendencia en el partido, Pedro Puy, subrayó la «coincidencia» generalizada en torno a Rueda. Y este miércoles, Calvo ha urgido un congreso y ha evitado valorar a Rueda como mejor situado.

La presidenta provincial del PP de Lugo, Elena Candia, no ha dado su opinión en abierto, por el momento, y se ha limitado a hablar de «previsibilidad» y a manifestar que «hay que escuchar a todos». Pero la postura de que el próximo presidente del PP de Galicia debería salir de un congreso gana cada vez más adeptos, según dirigentes del partido de distintas provincias consultadas por Europa Press.

Entre tanto, el principal protagonista hasta ahora y el mejor situado en las quinielas de la sucesión, Alfonso Rueda, opta por el silencio. Este miércoles se ha limitado a agradecer los apoyos recibidos –en público y también «en privado», ha subrayado–, y ha manifestar su convicción de que se podrá alcanzar un acuerdo político que dé la mejor salida a la sucesión de Feijóo.

UN PACTO POLÍTICO Y VARIAS VÍAS

Mientras el entorno de Feijóo defiende que ha tenido que articular una vía de solución para el PP estatal y preparar un equipo nacional en un mes, dirigentes consultados por Europa Press en Galicia reivindican la necesidad de que no se dilate más la búsqueda de una solución para Galicia, aunque son conocedores de que al de Os Peares le disgusta que le intenten marcar los tiempos.

Aunque hay dirigentes que ya han trasladado a Feijóo sus opiniones y propuestas en relación a lo que ven mejor para la sucesión, Semana Santa se asoma como una semana clave para que «todos» los implicados puedan ser escuchados –esta es la demanda más generalizada– y se concrete una solución o un pacto político tanto para el relevo institucional como para el partido.

Rueda daba por hecho este miércoles que habrá un acuerdo, pero ello supone despejar varias incógnitas. Y es que aunque parece haber bastante coincidencia en que el dirigente pontevedrés está legitimado para tomar los mandos de la Xunta, cuestión distinta es cómo se ratifique el liderazgo del partido. Ser el presidente del PPdeG es clave porque estatutariamente es de forma automática el candidato de 2024.

De forma transitoria, el secretario general, Miguel Tellado, tiene las funciones de dirección del PPdeG , pero hay varias preguntas sobre la mesa: incluso la vía de una bicefalia, que podría suponer que Rueda encabezase la Xunta y otro dirigente al frente del PPdeG. Pero encaja poco con un partido de carácter presidencialista como el PPdeG. De hecho, sería inédito.

¿CONGRESO O COMITÉ EJECUTIVO?

Más allá, si se acuerda que la misma persona ocupe la Presidencia de la Xunta y dirija el partido, aún está por definir cómo se concretará. Feijóo ha defendido este miércoles que todas las fórmulas que contemplan los Estatutos son «democráticas», en alusión tanto a la convocatoria de un congreso como a la ratificación de un dirigente en el seno del Comité Ejecutivo, pero dentro de la formación más de uno considera que optar por la segunda vía sería «un dedazo inasumible».

El propio Feijóo, recuerdan, dijo en Sevilla que a los presidentes del PP se les elige mediante los votos, una afirmación con muchas lecturas.

Pero habrá más piezas que encajar porque, aunque el de Os Peares ha manejado el partido con mano de hierro y sin concesiones a ‘barones’ territoriales –si bien es cierto que en cada crisis de Gobierno se recuerda, en privado, los numerosos conselleiros que tiene A Coruña–, el sensible momento de un relevo puede alterar la situación.

Todos se sienten con derecho a hablar –el propio Feijóo lo admitió este mismo miércoles y afirmó que no se trata de «resistencia» alguna, sino de «legítimas» opiniones–, y habrá qué ver si la sucesión se traduce en cambios más amplios en el Gobierno que cubrir la salida del propio líder del PP, o si supone algún cambio en el Grupo Popular o en los puestos de dirección de la Cámara autonómica.