El Parlamento de Galicia ha trasladado su repulsa por el «vil asesinato», cometido con «ensañamiento y crueldad», de Samuel Luiz, el joven de 24 años que recibió un paliza mortal en A Coruña el pasado día 3 de julio.
En una declaración institucional leída durante el pleno por el presidente de la Cámara gallega, Miguel Santalices, el Legislativo gallego traslada su solidaridad y apoyo a su familia, a sus amigos y allegados.
En este sentido, condena «cualquier tipo de violencia», sea esta puntual o continuada; explícita o implícita; verbal, psicológica o comportamental; y sea cuál sea su motivación. «La violencia es siempre repulsiva y reprochable». «Porque la violencia solo genera más violencia y porque todos y todas somos parte de una sociedad democrática incompatible con cualquier tipo de expresión violenta o cargada de agresividad», ha indicado.
Además de subrayar que «la tolerancia cero con la violencia es la única manera» para «educar a las nuevas generaciones», la Cámara expresa su reconocimiento al comportamiento heroico de los ciudadanos senegaleses, que «no dudaron en acudir al auxilio de Samuel Luis» e intentar «detener su linchamiento, poniendo en riesgo su propia integridad física».
«El Parlamento de Galicia recomienda que el Gobierno de España, atendiendo al excepcional compromiso cívico mostrado por estos ciudadanos, aborde la regularización de su residencia en España, valorando adecuadamente los méritos que concurren en su persona», señala. Precisamente, el Ejecutivo central anunció el martes su intención de regularizar la situación de estas personas.
El Legislativo traslada también su confianza en las fuerzas y cuerpos de seguridad y en la justicia para aclarar las causas últimas de lo ocurrido y considera necesario que se siga «investigando en profundidad» los hechos para que no queden impunes.
Tras indicar que algunos testigos sostienen que en el asesinato de Samuel se vertieron expresiones homófobas, la Cámara apunta que, con independencia de la cualificación penal de los hechos, quiere «condenar» y recordar la importancia de desterrar de la sociedad «el odio a la diversidad».
«Eliminar desde las violencias más sutiles y normalizadas, como las bromas y expresiones degradantes, hasta cualquier forma de violencia física o psicológica, es una responsabilidad diaria que nos interpela a toda la sociedad», incide.
Por último, se compromete a hacer todo lo que esté en sus manos para contribuir a una sociedad más pacífica en la que la convivencia quede libre del mínimo signo de violencia. «Porque, en definitiva, cualquier de nosotros puede ser Samuel», finaliza.