El Gobierno gallego se sumará a los de otras comunidades e insistirá al Ejecutivo central en que se permita adelantar más el toque de queda, en función de la situación epidemiológica de cada territorio. Lo ha ratificado este martes el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, y ha ido un paso más allá el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, quien ha aludido al «entorno de las 20,00 horas, entre las 20,00 y las 21,00 horas» como un horario «bastante razonable».
A las puertas del Consejo Interterritorial de la Salud, Feijóo ha advertido que, «perdida» la oportunidad del Consejo de Ministros, es preciso que de la reunión sectorial de este miércoles las comunidades salgan con «vía libre» para poder adelantar el toque de queda donde así lo aconsejen los datos epidemiológicos. Y si el conselleiro había subrayado que, de permitirse, Galicia no descartaba adelantarlo, Feijóo ha desvelado que el comité clínico es partidario de que se haga.
El horario «exacto» para ampliar el toque de queda debería, a su juicio, estar en manos de cada autonomía según la incidencia de su territorio, aunque ha señalado que, en términos generales, sería «bastante razonable» el «entorno de las 20,00 horas o entre las 20,00 y las 21,00 horas». Todo ello sin cerrar la posibilidad de que, en el caso de municipios con situación epidemiológica peor, se pudiese adelantar incluso más, hasta el entorno de las 18,00 o 19,00 horas.
«¿Por qué no tener una herramienta desde las 18,00 horas en los lugares con incidencia altísima? No debería de ser una discusión esto, debería ser una decisión», ha defendido.
«Si el objetivo es salvar vidas y mantener la actividad laboral y educativa, lo lógico es que, finalizado el trabajo, la gente regrese a su casa para evitar aglomeraciones y un incremento de casos. Por tanto, es necesario ampliar el toque de queda», ha agregado, convencido de que, dado que el Gobierno central «ha delegado la competencia de gestionar la pandemia» en las autoridades autonómicas, debe darles «herramientas» para poder hacerlo.
Como ejemplo, ha aludido al caso de Castilla y León, cuyo Ejecutivo ha ampliado el toque de queda hasta las 20,00 horas. «¿Es de dudosa legalidad? La respuesta es que sí. Pero desde el punto de vista sanitario no es dudosa la medida, es proporcionada a la situación de Castilla y León. Yo no puedo estar más de acuerdo con mis colegas», ha remarcado el presidente de Galicia, donde se ha adelantado a las 22,00 horas –máximo permitido hasta ahora– el toque de queda.
APOYO DEL PP
Preguntado acerca de si el PP debería votar a favor de modificar el decreto del estado de alarma en España para poder introducir esta cuestión, el presidente gallego ha vuelto a insistir en que si España se hubiese dotado de una legislación sanitaria adecuada no sería preciso dar este tipo de pasos en el Congreso.
En todo caso, aunque no ve el estado de alarma la «figura jurídica» óptima, se ha mostrado convencido de que el PP no pondrá obstáculos a dotar a las comunidades de las «herramientas» que necesitan para poder hacer frente al coronavirus.
CONFINAMIENTO GENERAL, EL «ÚLTIMO RECURSO»
En su intervención ante los medios en Ourense, el presidente gallego también ha defendido las últimas restricciones adoptadas y, tras repasar los datos de incidencia y la evolución epidemiológica, ha advertido que queda «una semana especialmente dura». «Tenemos que ser respetuosos entre todos para que cumplamos estrictamente las normas. Si lo hacemos, esta ola durará menos. Si no, durará más», ha avanzado.
Finalmente, preguntado por la propuesta del BNG de confinamiento general durante dos semanas, el presidente ha lamentado que los nacionalistas siempre formulen «la misma» petición. «Era excesiva y desproporcionada en la segunda ola, y vuelve a ser la misma», ha remarcado.
Dicho esto, ha contrapuesto que, aunque en Santiago el BNG hace esta propuesta después «en lugares en los que gobierna» propone otras fórmulas como el «cierre parcial» de la hostelería. Pero en todo caso, ha esgrimido que él prefiere «quedarse» con las recomendaciones del comité clínico y de la treintena de profesionales sanitarios que lo integran, que con las de «un partido» político.
«El confinamiento general de la población solo se debe usar como último recurso si esta pandemia no la embridamos en los próximos días o, como mucho, semanas», ha zanjado.