El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha defendido que, aunque sea «difícil», ve «imprescindible» reforzar el control por parte de las autoridades en la frontera con Portugal, y ha esgrimido que así lo justifica la evolución epidemiológica de ayuntamientos colindantes con el país vecino. Al tiempo, ha vuelto a insistir en que los datos gallegos no justifican un confinamiento general y ha defendido, asimismo, las decisiones «proporcionadas» tomadas en la Comunidad para Navidad.
Preguntado al respecto en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, Feijóo ha puesto el foco en O Baixo Miño (Pontevedra) –en la pasada jornada también había aludido a la mala evolución epidemiológica de Verín (Ourense)–, y ha advertido de que vecinos de localidades lusas se desplazan, por ejemplo, a comprar a supermercados de ayuntamientos gallegos limítrofes.
Galicia como territorio estará este mes en cierre perimetral y Feijóo ha remarcado que la Comunidad necesita de los medios policiales que dependen de la Delegación del Gobierno para reforzar el control en la frontera con Portugal.
«Esto es como si se transfiere Tráfico a Galicia, que podemos hacer un código perfecto pero si no tenemos medios no lo podríamos aplicar», ha dicho, antes de insistir en que la Xunta lleva «tiempo» solicitando colaboración.
Feijóo ha incidido en que esta preocupación ha sido puesta sobre la mesa por los representantes locales de O Baixo Miño, con independencia de su color político.
«NUESTRAS MEDIDAS SON DURAS»
Feijóo también ha defendido las últimas medidas adoptadas, «drásticas y duras, con el cierre perimetral de 63 ayuntamientos que comprenden más del 64% de la población gallega», al tiempo que se ha reafirmado que las cifras –con la presión asistencial en el centro– no justifican un confinamiento general.
Y al tiempo, en una intervención en la que ha apelado a «no relajarse» porque no hay tratamiento para la covid-19 ni vacunas «suficientes» por el momento, ha defendido también las decisiones adoptadas durante las fiestas navideñas.
Así, ha recordado que se abrió la movilidad excepcional para «ir a ver a la familia» y también ha recordado que tras la directriz del Consejo Interterritorial de la Salud relativa a las reuniones navideñas con hasta diez allegados, la Xunta evidenció su oposición e insistió en recomendar «una o a lo sumo dos» unidades convivenciales, pero no lo pudo plasmar por escrito en el Diario Oficial de Galicia (DOG) por estar fuera de sus «competencias».
«RESPONSABILIDAD COLECTIVA»
Más allá, ha defendido que las medidas que se tomaron no fueron «improvisadas» y no se abrió ninguna ciudad sin el respaldo del comité clínico. A su modo de ver, eran unas normas «proporcionadas» y «cumplibles».
«Dependía de la voluntad de cada uno», ha dicho el presidente gallego, quien este jueves ha subrayado que la lucha contra la pandemia se trata de una cuestión de «responsabilidad colectiva», de las administraciones y del conjunto de la sociedad. Él, por su parte, ha asegurado que «asume» lo que le «corresponda».