La diputada del PSdeG Noa Díaz reclamará a la Xunta, a través de varias iniciativas en el Parlamento gallego, a ampliar los aforos en los espacios culturales para evitar su «estigmatización» y para equipararlos a los lugares de culto y al transporte colectivo.
A través de un comunicado, la parlamentaria socialista lamenta que el Gobierno gallego mantenga «grandes limitaciones» en la asistencia al sector cultural –30 asistentes como máximo, en municipios con las restricciones más duras– frente a la «permisividad» observada en lugares del ámbito religioso, que pueden albergar a más personas.
De hecho, Díaz recuerda que por el momento no existen datos de contagios con origen en espacios culturales, por lo que ve «incoherente» que no se apliquen las mismas medidas en cines, teatros o auditorios, donde «las personas no interactúan entre ellas, mantienen la distancia de seguridad y emplean la mascarilla de forma sistemática».
Por ello, la diputada del PSdeG pone de ejemplo la orden publicada el 10 de noviembre en el Diario Oficial de Galicia (DOG) que modificó los límites de aforo en el ransporte colectivo –donde ya se puede ocupar la totalidad de los asientos– para reclamar un cambio de criterio.
En este contexto, Díaz también critica que el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el director xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo, manifestasen «en diversas ocasiones» en el Parlamento su convencimiento «de que la cultura es segura», pero que las medidas tomadas «no parecen mantener demasiada coherencia con este relato».
USO «PARTIDISTA» DE LA TVG
Por otra parte, el Grupo Socialista en el pleno de la Diputación de Lugo defenderá el martes en el pleno provincial una moción para acabar con el «uso partidista», la «manipulación» y el «sesgo informativo» de la Televisión de Galicia (TVG) por parte del Partido Popular.
Con esta propuesta, el PSdeG pedirá «el cese» del actual director de la Corporación de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG), Alfonso Sánchez Izquierdo, con el objetivo de que se elija en el Parlamento autonómico una figura «de consenso» que además «recupere el diálogo» con los trabajadores.