El presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha constatado este jueves que la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto un «multilateralmismo imperfecto e insuficiente», con una comunidad internacional que «falló», y ha reclamado «más Europa» y «decisiones rápidas» para afrontar la crisis social, política y económica tras la emergencia sanitaria.
Así lo ha manifestado en su intervención durante el acto de inauguración del ‘II Foro La Toja. Vínculo Atlántico’, que ha presidido este jueves el Rey Felipe VI, y en el que también ha participado el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
El mandatario portugués ha señalado que «la pandemia mostró el fracaso de la colaboración internacional, del papel de los organismos mundiales y de su capacidad de resolver, en la prevención y en el cuidado de la salud». «La comunidad internacional falló al descubrir la pandemia tarde, al cambiar varias veces de posición, y cuando los grandes poderes decidieron actuar solos, con egoísmo y aislacionismo, dando un mal ejemplo», ha sentenciado.
Por ello, Rebelo de Sousa ha advertido de que, para afrontar la salida de la crisis generada por el COVID (que se extenderá «durante años»), ha apelado a la necesidad de «más Europa, más amistad fraterna y más cooperación aliada» entre los Estados. «Es fundamental que la UE sea una potencia en sí misma, una potencia política y estratégica, que esté unida y sea rápida en sus decisiones», ha proclamado.
A ese respecto, ha apostado por que se decida «rápido» la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción, y «que lleguen lo más pronto posible». Asimismo, ha señalado que cada Estado debe afrontar sus propios desafíos que, en todo caso, deben «equilibrar la defensa de la salud y la reactivación económica».
El Jefe del Estado portugués ha incidido también en la importancia de «ver el largo y el medio plazo», y buscar «convergencia y diálogo en lo esencial, en los símbolos de unidad». «Los ciudadanos no perdonan una guerra en esta emergencia, que se superpongan los intereses privados o de las instituciones al interés común», ha advertido, y ha reclamado «movilizaciones populares por las causas de todos», trasladando «un discurso positivo, sin ser demagógicos».
«DESAFÍOS POPULISTAS»
En su intervención, Marcelo Rebelo de Sousa también se ha referido al «desafío» de los movimientos populistas «e inorgánicos». «Si no cuidamos a las personas, fallamos en lo fundamental, y otros llenarán el vacío con proclamas atractivas, pero irrealizables», ha alertado, y ha recalcado que estos populismos nacen «por culpa de los demócratas».
Según ha explicado, los sistemas e instituciones democráticos «han envejecido y son lentos, han sido sobrepasados». «Se han convertido en máquinas que solo miran para su ombligo, y no al pueblo. No son capaces de reinventar su papel, y su discurso está lejos de las personas», ha sentenciado.
Por ello, y tras advertir de que «no hay democracia sin libertad, sin pluralismo y sin aceptación del otro», ha instado a las democracias europeas a «renovarse, buscar alternativas dentro de sí mismas». «Porque si no, se debilitan y sucumben a los populismos. Y lo mismo pasa con los partidos políticos, las patronales y los sindicatos», ha añadido.
Finalmente, el mandatario luso ha invitado a aprovechar la «oportunidad única» que ha brindado la pandemia para «resolver problemas estructurales», y estudiar «qué falló» en la atención sanitaria, en la coordinación entre instituciones y en su «lenta» respuesta. «Las pandemias no conocen de ciclos electorales, ni piensan en conveniencias tácticas», ha zanjado.