La ruptura temporal del Gobierno de coalición en el Ayuntamiento de Ourense entre el PP y Democracia Ourensana (DO) por presuntas irregularidades en la gestión de fondos públicos de DO ha provocado la suspensión de la junta local de este jueves, al asistir tan solo el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, y su único edil afín y teniente de alcalde, Armando Ojea. Es necesario un mínimo de tres miembros para su celebración.
La retirada de las competencias de Jácome a dos de sus ediles esta misma semana, sumado a que otras dos decidieron abandonar sus carteras, la dimisión del concejal de Cultura, Mario González, y la renuncia del PP en el Gobierno y de sus responsabilidades en las diferentes áreas que controlaban –a la espera de una explicación del alcalde tras ser acusado de delito– han llevado al actual regidor a depender de un solo apoyo: su recién nombrado teniente de alcalde, Armando Ojea –tras la renuncia temporal anunciada en bloque por el PP, y por ende, de Jorge Pumar, quien ocupaba ese cargo–.
Con esta coyuntura y sin que los ediles críticos, que interpusieron una denuncia en Fiscalía por las supuestas ilegalidades presupuestarias en DO, ni el propio regidor se hayan planteado dar un paso a un lado, Jácome y Ojea controlan ellos solos por el momento las doce áreas del Consistorio ourensano a la espera de que la próxima semana el alcalde desentrañe la fórmula para que esta estrategia sea viable, como anunció en la rueda de prensa que ofreció ayer.
En un principio, la dimisión de González, que se hará efectiva previsiblemente en el pleno de mañana, dará entrada en la Corporación a Telmo Ucha, el siguiente en la lista de DO, un hombre próximo a Jácome y que supondría un concejal más para el reparto de competencias, tres entonces, por lo que ya sería posible organizar juntas de gobierno local y no trasladar todos los asuntos directamente al hemiciclo.
Con todo, en una entrevista en eldiario.es, el alcalde concretó que «hay directivos en el Ayuntamiento que pueden asumir concejalías delegadas», ya que «la ley les faculta para ello», aunque, ha subrayado, sí necesitaría al resto «para apoyar presupuestos».
Precisamente mañana se celebrará finalmente un pleno en sesión extraordinaria en el que se debatirán un total de siete puntos, entre ellos, una moción del BNG para reclamar la dimisión de Jácome.
UNA MOCIÓN DE CENSURA COMO VÍA DE ESCAPE
Los concejales apartados por el intendente local fueron Miguel Caride, líder de los díscolos y ex número dos del regidor, y Manuel Álvarez, cofundador de DO. La razón, según la versión oficial, «pérdida de confianza», «indisciplina» y «falta de disposición para buscar una solución».
Horas más tarde, María del Mar Fernández Dibuja, responsable de Comercio y Seguridad Ciudadana, y María Teresa Rodríguez, que se ocupaba de Educación, decidieron igualmente devolver sus carteras municipales. Poco después, eran los concejales del PP quienes tomaban la misma decisión.
Si mantienen todos la misma postura, la única solución para desatascar el Gobierno de Ourense es una moción de censura, a la que solamente se podría acceder con los votos a favor del PSOE –con nueve concejales– y del PP –con siete–, aunque los populares, si le retiran el apoyo de forma definitiva a DO en el Ayuntamiento, podrían ver peligrar su Gobierno en la Diputación, que depende de los dos diputados de DO –aunque uno de ellos es Miguel Caride, contrario a Jácome; el otro es Armando Ojea, vicepresidente–.
En este caso, los concejales disconformes de DO no podrían votar a favor para alcanzar la mayoría –situada en 14– por formar parte de la lista a la que pertenece el alcalde —ni siquiera acoplándose como no adscritos–. De presentarse una moción de censura y no salir adelante, de manera automática la Alcaldía pasaría a manos de la lista más votada, la de los socialistas.