El portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, ha cumplido con un nuevo trámite y, en el marco de la tradicional ronda de consultas con el jefe del Legislativo, Miguel Santalices, ha formalizado la propuesta de que Alberto Núñez Feijóo sea investido presidente de la Xunta por cuarta vez la próxima semana –el pleno se celebrará los días 1 y 3 de septiembre–.
Ante los medios, Puy ha recordado que Feijóo obtuvo en las urnas, el pasado 12 de julio, el respaldo «mayoritario» de los gallegos, que han ampliado su mayoría absoluta hasta los 42 escaños. Al tiempo, en un escenario marcado por la COVID-19, ha identificado como «la mejor opción» la investidura de su jefe de filas.
El portavoz popular ha subrayado las dificultades desde el punto de vista sanitario, económico y social que vive Galicia en este momento, antes de apelara a la «responsabilidad individual» para reforzar «la seguridad y precaución», toda vez que hay «circunstancias imprevistas y atípicas que requieren el esfuerzo por parte de todos».
También ha aludido a los empleados públicos en un momento en el que «más que nunca» es preciso que los servicios públicos «funcionen». Como ejemplo, se ha referido a la necesidad de agilizar, por ejemplo, los cobros de los ERTE.
Por su parte, ha incidido en que el PPdeG asumirá «la responsabilidad de gobernar», pero también ha manifestado que, en un contexto marcado por el coronavirus, en el que «la búsqueda de la recuperación económica y de las actividades normales» es la «prioridad», espera «la responsabilidad» de la oposición.
PREDISPOSICIÓN A ACUERDOS
Al respecto, ha manifestado que, antes de los comicios del 12 de julio, los rivales políticos del PP actuaron con «predisposición a grandes acuerdos» y ha concluido que espera que mantengan la misma actitud al inicio de esta legislatura.
Tanto PSdeG como BNG, pese a evidenciar las diferencias con los populares, han mantenido que esa predisposición a acordar existirá por su parte.
Tras la ronda de consultas, Feijóo se ha reunido con Santalices, quien le comunicará que su nombre es el único que se debatirá la sesión de investidura y para encargarle que asuma esa responsabilidad.