Los vecinos de Angueira de Castro, del ayuntamiento coruñés de Rois, han denunciado este lunes la tramitación para la construcción de una red de alta tensión en el conjunto patrimonial de Castro Lupario, al que pertenece la aldea, y proponen a la Xunta el desvío del proyecto para que no afecte a la zona de protección del patrimonio, que consideran una «salvajada inconcebible».
El territorio, que comprende una serie de bienes culturales de enorme tradición jacobea como son el Pazo de Faramello, la carballeira de Francos o la propia aldea de Angueira, forma parte del Camino Portugués y supone un «emblema mítico de atracción jacobea», según el director de Fraternidad Internacional Camino de Santiago (FICS), José Antonio de la Riera.
Por ello, los vecinos han acusado a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de aprobar la construcción de una red de alta tensión de 220 kilovatios con torretas de 60 metros de altura, más altas que el propio castro, colocadas a 60 ‘o’ 80 metros de las casas de la aldea y que supondría la tala de árboles de 200 metros de ancho.
«No entendemos cómo se puede permitir este atropello a todos estos bienes culturales», ha expresado el miembro de la plataforma vecinal de Angueira, Marcos Santos, que ha añadido que tuvieron conocimiento del proyecto en noviembre, cuando ya estaba en la fase final de tramitación.
En este sentido, ha explicado que los vecinos descubrieron entonces que la zona no está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) tras la paralización en 2010 de su tramitación.
SIN INVENTARIOS
Además, han constatado que los inventarios arqueológicos y arquitectónicos son prácticamente inexistentes, los etnográficos y cartográficos no existen, mientras el Camino Portugués no está delimitado oficialmente todavía ni es Patrimonio de la Humanidad, a pesar de que es una ruta «consolidada y señalizada por la Xunta», tal y como ha indicado el director del FICS.
Por todo ello, los vecinos han mostrado también su asombro por la concesión de los permisos a pesar de la «carencia de estudios rigurosos de delimitación». Denuncian que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural basó su licencia en un informe de impacto ambiental de la Red Eléctrica realizado por un estudio de Madrid.
Un informe «pobre y sin rigor profesional», según Marcos Santos, que «está lejos de conocer el terreno y tener noción del valor patrimonial del Castro al no existir documentación que lo constate»; pues «incluso tenía como primer planteamiento pasar el tendido eléctrico por el medio del Castro», han manifestado.
DOCUMENTO ARQUEOLÓGICO COMPLEMENTARIO
Ante esta situación, la Dirección Xeral de Industria, Enerxía e Minas, encargada de promover y consultar los diferentes permisos, permitirá a los vecinos presentar un documento arqueológico complementario en el que expondrán «todos los elementos de valor que no les figuran» y que se pondrá en conocimiento de Patrimonio en un plazo de 10 o 12 días para que evalúe el desvío del proyecto.
Este documento, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Rois al que pertenece la aldea afectada, se presenta como un informe complementario a las alegaciones presentadas por los vecinos en su momento «de forma improvisada al conocer el caso en los últimos días del plazo de alegaciones».
Por otra parte, han presentado una propuesta de protección de esta zona como Bien de Interés Cultural (BIC) mediante la creación de un Centro de Interpretación del Castro que permita la «puesta en valor» del Castro.
Por su lado, el director del FICS ha resaltado la nula respuesta por parte del conselleiro de Cultura ante varias solicitudes de entrevista hace un mes.
Asimismo, ha indicado que «confía en los casos precedentes como el del parque eólico sobre el río Oribio», cuyo impacto ambiental es «incluso mucho menor».