Un equipo del Centro Singular de Investigación en Química Biolóxica e Materiais Moleculares de la Universidad de Santiago de Compostela (CiQUS) ha logrado desarrollar un método que permite discriminar los distintos componentes en complejas mezclas de colores de manera poco invasiva para, de este modo, evitar tener que retirar demasiado material de las obras de arte.
El CiQUS ha recordado que en el entorno museístico, preservaradecuadamente los objetos artísticos es una prioridad a la hora de estudiar la composición de los materiales. Por este motivo, los métodos empleados deben ser extremadamente selectivos y sensibles, para reducir el impacto que la recogida de muestras pueda tener sobre las propias obras.
En este caso, los científicos consiguieron extraer muestras de una xilografía japonesa de la era Meiji en un único paso, empleando para ello substratos ultrasensibles.
Según ha explicado la USC, Ukiyo-e o ‘las pinturas del mundo flotante’, son un tipo de grabados japoneses que se volvieron muy populares como forma de arte y también como herramienta de propaganda política.
Asimismo, ha detallado que los estampados policromos prosperaron durante la era Meiji, donde tuvieron lugar diversas experimentaciones, sobre todo en lo que respecta a la mezcla de los pigmentos minerales ya conocidos con nuevos pigmentos sintéticos.
En esta ocasión, los investigadores aplicaron el nuevo método sobre la superficie de una obra del artista japonés Kokunimasa Utagawa para analizar su composición. Sus hallazgos dan cuenta de la transición en las técnicas empleadas para mezclar colores durante este periodo: el uso de pigmentos lacados que se encontraron principalmente en las áreas de color rojo presentes en la obra de Utagawa.
La mezcla del Azul de Prusia con sulfuros de arsénicos u óxido de hierro para formar nuevos colores. Y también el análisis de otros colores reveló el uso de ciertos pigmentos orgánicos e inorgánicos tradicionales, como el bermellón y el negro de carbón, combinados con colorantes sintéticos introducidos en esta época.
El profesor Massimo Lazzari, investigador principal del CiQUS y coautor del estudio junto a la Doctora Daniela Reggio y al conservadorAntonio Mirabile, ha destacado que esta «novedosa estrategia» para la toma de muestras ha permitido llegar a niveles de detección que «no es posible alcanzar con otros métodos instrumentales espectroscópicos y cromatográficos».
Así, este métoco permite «retirar por contacto pequeñas moléculasligeramente unidas a la superficie de objetos patrimoniales, que se transfieren a substratos SERS a través de muestras de silicona utilizando determinados disolventes».
Según los autores, este nuevo protocolo tiene múltiples aplicaciones para su uso en materiales de patrimonio cultural y puede ser validado para patrimonio arquitectónico.