Los médicos rurales que quedan en Galicia afrontan la lucha contra el coronavirus desde una perspectiva que varía mucho con respeto de los centros de salud urbanos o de los centros hospitalarios. En muchos casos, el aislamiento de las personas puede haber salvado familias enteras del contagio mas también pudo ser motivo de dificultades para trasladar la persona enferma.
LA CENICIENTA DE LA ADMINISTRACIÓN
“La medicina rural siempre fue la Cenicienta de la administración” dice José Manuel Lage, médico rural retirado y fundador del Museo de Medicina Rural de Maceda, el primero de este genérenlo que se tenga noticia. “Mientras que la medicina hospitalaria avanzaba, la rural quedaba marginada y no se tenían en cuenta sus aportacións”.
El optimismo de la Xunta con respeto a los efectos de la COVID-19 en medio rural tiene su punta de lanza en la “dispersión”. Esa dispersión tiene un factor en contra que es el envejecimiento de la población rural, convirtiéndola en población de riesgo. Esto encendió todos los miedos y ante la falta de conocimiento sobre esta nueva dolencia, hubo ayuntamientos y asociaciones que organizaron encuentros informativos.
“A comienzos de febrero participé en un acto informativo en Xinzo, allí expliqué que era esta dolencia, las diferencias con la gripe común y la necesidad de vacunarse contra ella” explica Lage. “Si en Madrid hubo problemas con el suministro de material, imagine como estarán los médicos rurales”.
Tal como explica Lage, muchos de sus colegas en el rural hacen medicina a nivel telefónico, filtros de personas posiblemente contagiadas que son derivadas la otros centros. Mientras tanto, las consultas ordinariais se siguen manteniendo, cosa esta que sirve también para ir informando a la población.
MIEDO A LA COVID-19
“Había mucho miedo entre las personas, eso es cierto, pero cuando se avisó que solo acudieran las personas con síntomas serios, eso se respetó por parte de la gente” dice Manuel Martín, médico en la parroquia del Seixo, Marín. Al centro de salud donde trabaja, “que es una extensión del centro de salud de Marín”, acuden personas de parroquias vecinas.
El miedo hizo que las consultas telefónicas aumentaran enormemente preguntando ante la aparición de cualquiera mínimo síntoma. Otra consecuencia más directa fue el descenso de asistencia al centro de salud por parte de gente mayor de 65 años, la mayoría afectados por síntomas músculo- esqueléticos. “Lo que sí demandan es la atención a domicilio por miedo de ir a los centros de salud” dice Manuel Martín, miembro de S.O.S Sanidad Pública.
Preguntado si las autoridades prestaron el apoyo que se esperaba de ellas, Martín responde que de la Consellería de Sanidad “poco apoyo, no tiene ideas estratégicas muy claras ni en este ni otros problemas relativos a la atención primaria”. Manuel Martín describe los primeros días como de “desconcierto” ante la confusión que existía sobre cómo afrontar la enfermedad.
Una cosa que sí mudó es la relación médico-paciente. Uno de los problemas más recurrentes en centros de salud era a masificación, algo que frustraba la muchas de las personas que acudían al médico. La solución más inmediata era recurrir a las urgencias hospitalarias o a los PAC. “Ahora la relación entre los enfermos del rural y el equipo médico en nuestro caso ha mejorado mucho”.
“Esto dejará un trauma social primero porque muchos pacientes tuvieron que cerrar negocios o no saben que va a ser de su futuro” analiza Manuel Martín. “En el rural un bar por ejemplo es una manera de ganar la vida, la tienda es una forma de compra diferente a la de la ciudad”. También se da un miedo que casi se había perdido a las infecciones. “Pensábamos que moriríamos de infartos, accidentes, cánceres y de pronto una pandemia infecciosa está matando gente, como antiguamente la tuberculosis”.
La atención médica en el rural va a mudar en varios puntos el mismo que la atención médica en general, después de esta pandemia. La cuestión es saber si, como dice Manuel Martín, la actitud hacia Atención Primaria cambia y la mayoría cae en la cuenta de que es un servicio que no puede estar desatendido. Por otra parte, la atención médica en áreas rurales precisa, según profesionales que trabajan en estas áreas, una mejor atención por parte de las autoridades, al igual que otras áreas asistenciales