Los problemas que puede causar el uso inadecuado de Internet por parte de niños y adolescentes, a veces es abordado cuando el mal ya está hecho. La necesidad de una mejor comunicación entre educadores, familias y alumnado es una de las claves para detectar a tiempo un mal uso de la red. Un aprovechamiento idóneo está en entender que hay que poner límites según que edades y que contenidos.
El diálogo intrafamiliar también es muy necesario si se quiere evitar el sedentarismo excesivo, la caída en adicciones como el juego online y sobre todo, hacerles ver a jóvenes y chicas que Internet no es la vida real. Aun así, la red es una herramienta muy completa para ayudar a aprender, pero sin olvidar que las personas cuando se están formando deben moverse, relacionarse y también mantener diálogo fluido dentro de la familia.
COMPLICACIONES PARA APRENDER
Galicia Confidencial abordó en un reportaje anterior si las nuevas tecnologías estarían interfiriendo, mismo biolóxicamente, en la capadidade de aprendizaje del alumnado. A día de hoy la respuesta la esta cuestión aún está por confirmar, pero sí son perceptibles algunos hábitos y comportamientos que no permitirían un desarrollo pleno de los más nuevos. ES posible que en pocos años, después de numerosas investigaciones, haya una respuesta que permita actuar en consecuencia.
Beatriz Cebreiro, de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago de Compostela, trabaja con su grupo de investigación de Tecnologías Educativas para la creación de elementos digitales que faciliten el aprendizaje mediante el trabajo colaborativo entre educadores y alumnos. “Con todos esos estudios sobre procesos educativos, hacemos un seguimiento para ver que rendimiento le sacamos dentro del contexto de las tecnologías formativas”.
Sobre si el uso de las nuevas tecnologías estarían limitando las capacidades del alumnado, Beatriz Cebreiro dice que “no depende tanto de las horas que le dedican a la tecnología fuera de la escuela, sino qué se hace durante las horas que están ante de esas tecnologías”. Porque fuera de las horas lectivas “cuando vemos gente mirando el móvil, no es al móvil, sino a las redes sociales que crean otras redes unidireccionales, porque a veces es poner un emoji y nadie responde” describe Cebreiro.
Toda la red en sí está ideada para enviar mensajes audiovisuales complejos. Aún así los jóvenes se quedan solo con la parte superficial, por tanto, no usan criterios de selección para los contenidos. También tenemos que el lenguaje empleado “no ayuda a la refexión sobre ese mensaje, las redes la mueven y luego envía otro mensaje y luego otra” dice Cebreiro. La celeridad en el envío de mensajes y estímulos en la red “puede afectar a la comprensión, en las capacidades de retención o que se use esa información para otras finalidades”.
MUNDO REAL Y FRUSTRACIÓN
¿Estarían perdiendo capacidades los más jóvenes? “El cerebro es neuroplástico, está diseñado para que los estímulos que recibimos conecten las neuronas” dice Belén Montesa, psicóloga. El contexto donde viven y se desarrollan los más nuevos, estimulan determinados tipos de respuesta. “Lo que pasa es que hay otras metodologías educativas, el problema es que niños y adolescentes son más sedentarios y el deporte y movimiento es fundamental para su desarrollo”.
Por otra parte, la adicción a la red y a los diferentes estímulos que ofrece no funciona de la misma manera que las drogas o sustancias de consumo físico. Si el cerebro de una persona está en desarrollo hasta los 21 años, las drogas tienen una acción rápida en este órgano. Con las adicciones sin sustancia “hay una segregación de dopamina y serotonina que produce una necesidad de un umbral de activación que se va elevando, eso lleva a cambios estructurales” señala Montesa. Mas debemos tener en cuenta que estas adicciones a la Internet son nuevas. “Aún estamos conociendo los problemas visuales por uso abusivo de las pantallas por ejemplo, y no podemos demostrar que problemas se producirán en el futuro”.
Más allá de lo que son las funciones de aprendizaje, Internet mata la creatividad. Este aspecto, ser creativo, durante mucho tiempo ignorado “es algo importante para aprender”. ¿Por qué es así? “Internet ocupa todo, no deja que los niños se aburren, que se muevan y crea problemas de frustración porque en la red todo es posible” aclara Montesa. Esto crea una percepción falsa sobre las capacidades y habilidades de cada uno. “Puedo ser malo jugando al fútbol pero si soy bueno jugando al FIFA me puedo imaginar que realmente soy bueno en el fútbol real”. “Internet crea personas sumisas, con poco nivel de frustración, con baja capacidad de creatividad y con dificultad para resolver problemas” finaliza Montesa.
Las soluciones apuntadas por las dos expertas consultadas pasan por la mejora de las relaciones intrafamiliares, mejor comunicación entre padres y hijos, poner límites al uso de aparatos electrónicos además de los contenidos inapropiados segundo que edades. Por otra parte, no demonizar Internet que sí es una herramienta muy útil para el desarrollo escolar.