El sector de la leche lleva años perdiendo explotaciones, 6.000 en los últimos 10 años. El bajo beneficio que se obtiene de la leche, la competencia de otros sectores o el abandono del rural son algunos de los motivos. El precio de la leche apenas aumentó en los últimos años. Una situación que llevó en el 2013 a la Comisión Nacional de los Mercados y Competencias (CNMC) a realizar una macro operación en la que descubrieron la existencia de un cártel en la leche entre las empresas del sector, que pactaban los precios entre ellas para así obtener un mayor beneficio económico.
Las pérdidas para los ganaderos se estimaron en unos 800 millones de euros, tal y como asegura a Galicia Confidencial Xulio Fernández, el dinamizador de la Dirección de la leche del Sindicato Labrego Galego «y eso, sin contar los propios beneficios de las industrias». Frente a este delito, la CNMC sancionó económicamente a los conglomerados empresariales con un pago de 80,6 millones de euros, que supone un 10% de las pérdidas totales que sufrieron los trabajadores del sector. Las empresas sancionadas por la creación del cártel fueron Capsa Foods (Central Lechera Asturiana, Larsa…), Danone, Lactalis, Industrias Lácteas de Granada, Pascual, Nestlé, Schreiber Food, Asociación de Empresas Lácteas de Galicia, Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña y Central Lechera de Galicia.
El SLG está convencido de que «ese cártel aún existe» y «debe ser eliminado». Para ello, cuenta con un equipo de abogados expertos en derecho mercantil. Este equipo, se encargaría también de calcular el dinero correspondiente pérdido por cada ganadero durante estos años, para reclamárselo a las industrias y que se lo devuelva. «Lo cierto es que las pérdidas de los ganaderos son mucho mayores de lo que se piensa», indica Fernández
Para concienciar a los trabajadores del sector y con el fin de unirlos, el SLG está realizando unas campañas informativas sobre lo sucedido en diversos puntos de Galicia. Xulio Fernández defiende que «existe una posibilidad de reclamación por un dinero que no se nos pagó». La sanción económica será efectuada por el Estado a través de Hacienda. Para la recuperación del dinero por parte de los ganaderos afectados, estos deben «demandar por la vía judicial antes de que pase un año de la sanción» y así «dar un escarmiento a las empresas y conseguir la justicia que merecemos», añade.
LA SITUACIÓN DE LA LECHE EN GALICIA
A la problemática del pacto de precios en el sector, se suma también el aumento de los costes de producción y la falta de ayudas y créditos para afrontar crisis eventuales. Todo ello, a pesar de que Galicia produce el 55% de la leche del Estado Español, siendo a su vez la que más barata la vende. Esta situación repercute en los ganaderos: «los costes de producción aumentaron casi un 50% en los ú¡ltimos años, pero no aumentaron los beneficios de los trabajadores» señala Fernández. Este paradigma hizo que ante la precariedad y el «estrés y ansiedad de no ver como mejora la situación laboral» muchos ganaderos dejaron sus explotaciones.
A pesar de las casi 7.000 explotaciones ganaderas que aún quedan en Galicia, la situación no tiene pinta de mejorar. Por eso, algunos escogen cambiar la producción de leche por la carne. «Las cosas cada vez están peor. Los bancos no ayudan y falta gente trabajando», señala Xosé Manuel Fuentes, antiguo ganadero dedicado a la leche que se cambió al sector cárnico. Asegura también que el problema está en las ayudas del Estado, «las llevan muchas veces los que tienen más dinero», indica. En cuanto a la unión del sector para luchar contra estas injusticias, se lamenta de «la difusión que padece y de la difícil organización que supone».
Por otra banda, Cristina Carro, estudiante de Ingeniería Agrícola e hija de ganaderos, afirma que «los gobiernos autonómicos y estatal deberían cuidar más al sector lácteo» ya que de seguir así «muy pocas explotaciones de leche quedan a 15 años vista». Señala también, que de desaparecer a este ritmo el sector «aumentará el éxodo rural y, con ello, menos comunicaciones, escuelas y facilidades para el rural gallego».