Las comunidades autónomas mejorarán su salud presupuestaria en 2024 gracias a los ingresos que recibirán desde el sistema de financiación autonómica y por la vuelta de las reglas fiscales, si bien ya en 2025 la situación se deteriorará ante la desaceleración de los ingresos y unas partidas de gasto elevadas que «limitarán la flexibilidad» de las cuentas públicas regionales, según ha explicado este miércoles la agencia de calificación S&P Global Ratings.
«Los recientes aumentos de ingresos han permitido a las regiones españolas reducir sus ratios de deuda, aunque persisten importantes diferencias regionales. La deuda sigue aumentando en términos nominales», ha resumido la analista de crédito de S&P Global Ratings, Marta Sáenz.
La agencia ha destacado que, además del maná de las transferencias, la aplicación de reglas fiscales con objetivos vinculantes de déficit, deuda y gasto podría mejorar más el estado de los presupuestos, aunque la propia S&P se ha mostrado escéptica con que los gobiernos las cumplan.
Según se desprende del informe, todas las regiones españolas, menos País Vasco y Navarra por su régimen foral, podrían beneficiarse de la condonación de deuda propuesta por el Gobierno central en 2025. No obstante, el calendario exacto y el efecto sobre cada región siguen siendo «inciertos». Asimismo, esta sería una medida de alivio a corto plazo que dejará sin abordar los «problemas estructurales» de financiación.
En cualquier caso, los retos estructurales y las incertidumbres cíclicas que afrontan las CC.AA. emanan, principalmente, de la situación política en España, si bien se ven compensados en parte por factores atenuantes como es un crecimiento económico «sólido».
S&P ha anticipado que las dificultades surgirán a partir de 2025 a medida que el crecimiento de los ingresos se desacelere y los gastos elevados pesen sobre el margen de maniobra fiscal.
De media, las CC.AA. registrarán «pequeños superávits» en el periodo 2025-2026, pero el menor crecimiento de los ingresos significa que no estos no igualarán los superávits de 2024. En paralelo, se moderará el gasto al contenerse las presiones inflacionistas.
La agencia de calificación prevé que la deuda cierre este año en los 335.000 millones de euros y crezca a razón de 10.000 millones por ejercicio hasta 2026.