CIG-Saúde ha denunciado que el Sergas mantiene paralizada la negociación del protocolo de acoso que debería abordar el acoso laboral, sexual por razón de sexo e identidad en el Servizo Galego de Saúde, así como su adaptación a la normativa vigente.
En una rueda de prensa este martes en Santiago, Irene Tato, miembro de la ejecutiva de la CIG, ha señalado que la actualización del protocolo es una medida que debería de estar hecha en el año 2022.
En esta línea, ha asegurado que no se hizo la evaluación en la mitad del periodo de vigencia del plan, lo que determinaría el grado de cumplimiento y la eficacia de las medidas. Del mismo modo, ha detallado que tampoco se han hecho los informes anuales sobre la aplicación del plan.
Todo ello, ha explicado Irene Tato, tiene consecuencias para las personas trabajadoras. «Estamos en una situación que el Sergas lo que realmente fomenta es una conducta laboral negativa», ha lamentado antes de denunciar también la «falta de formación» en lo relativo a denuncia o tramitación de un caso de acoso.
«UNA CULTURA QUE RECHACE EL ACOSO»
Por eso, ha defendido que hace falta mejorar para que se implante «una cultura que rechace la violencia y el acoso» en los diferentes centros de trabajo.
Además, la representante sindical ha reprochado al Sergas que no haya contestado a las alegaciones de la CIG sobre la unificación en un solo documento de diferentes tipologías de acoso y la petición de reunión extraordinaria de la Comisión Técnica de Igualdad.
«No nos valen las excusas que escuchamos en las pocas mesas sectoriales que están convocando, que hubo cambios en recursos humanos y que necesitan un periodo adaptativo. Los derechos de las trabajadoras deben de estar garantizados. Este es ya un problema heredado y que tienen que priorizar», ha aseverado.
Así, ha dicho que la CIG seguirá tomando «las medidas oportunas» para que el Sergas «cumpla con la normativa vigente» y proceda a «tener una negociación seria» de un protocolo que recoja «todas las patologías de acoso» y se aborden «todas las medidas preventivas y un marco de actuación dirigido a la protección de todas las trabajadoras». «Permitir el acoso también es acosar», ha manifestado.