La Consellería de Sanidade se ha comprometido con la Asociación Nacional de Pacientes con EPOC (Apepoc) a trabajar en el infradiagnóstico y la sensibilización de la EPOC con la sostenibilidad como eje vertebrador.
Según explican en un comunicado, la asociación se ha reunido con el conselleiro de Sanidade de la Xunta de Galicia, Julio García Comesaña, y con la gerente del Sergas, Estrella López Pardo, para trabajar sobre diferentes líneas de acción a raíz de la celebración del Día Mundial de la EPOC.
La portavoz, Nicole Hass, ha compartido la necesidad de mejorar el infradiagnóstico de una enfermedad con una prevalencia y una mortalidad muy elevada. Haas ha reconocido la labor del Sergas en la detección temprana de la EPOC en comparación con otras comunidades autónomas, pero ha reivindicado la necesidad de elaborar un plan de choque «para que Galicia lidere la reducción de infradiagnóstico de una enfermedad que se erige como la cuarta causa de mortalidad en España».
Por su parte, el conselleiro y la gerente han mostrado su compromiso para poner en marcha un programa piloto para obtener información sobre perfiles de pacientes que no han sido sometidos a la prueba diagnóstica correspondiente para el diagnóstico de la EPOC, una espirometría.
Con esa información, señalan, la Consellería de Sanidade reunirá de nuevo a APEPOC con los diferentes representantes de la sanidad pública para trazar un plan de choque contra la EPOC.
Por otro lado, la APEPOC ha compartido el lema de este Día Mundial de la EPOC, ‘Una sanidad por el planeta’, poniendo el foco en la importancia de combatir el cambio climático tan dañino para los pacientes respiratorios.
«No debemos olvidar que las emisiones de CO2 son un factor que incrementa las exacerbaciones de la EPOC en nuestros pacientes. Por ello desde APEPOC nos comprometemos a luchar en la reducción de la huella de carbono de nuestra patología, alineándonos con las sociedades científicas y recomendando el uso de los inhaladores de polvo seco siempre que así sea posible», indican.
Destacan que los inhaladores presurizados suponen una cantidad de emisiones que, paradójicamente, perjudican a los propios pacientes respiratorios.