El Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado que Galicia y La Rioja son las dos únicas comunidades autónomas que permanecen en el «farolillo rojo» al no haber acreditado aún a sus enfermeras y enfermeros para que puedan indicar y usar medicamentos como, por ejemplo, las vacunas contra la Covid-19, con todas las garantías jurídicas.
Lamentan que, transcurridos más de dos años y medio desde la entrada en vigor del Real Decreto de prescripción enfermera, las consejerías de Sanidad de Galicia y La Rioja siguen sin aprobar la regulación que permita acreditar a las enfermeras y enfermeros de su respectivos servicios de salud para que puedan indicar y usar medicamentos sin el riesgo de que sean denunciados por cometer intrusismo profesional.
Satse recuerda que el hecho de que las enfermeras y enfermeros de estas autonomías no estén acreditados aún para indicar, utilizar y autorizar la dispensación de fármacos, como las vacunas, supone en la práctica que cualquier persona debe tener antes una necesaria prescripción clínica, «lo que conlleva más lentitud, burocracia e ineficacia».
La organización sindical subraya que la tramitación administrativa pertinente para regular este asunto ha sido dispar a lo largo de los dos últimos años, ya que ha habido comunidades autónomas que han sido más diligentes y ágiles que otras, aunque, en términos generales, podría haberse generalizado antes para que todos los enfermeros y enfermeras, independientemente del servicio de salud en la que ejercen su labor, tengan los mismos derechos y garantías.
La última comunidad que ha publicado la Orden correspondiente en días pasados ha sido la de Madrid, aunque solo ha autorizado a las enfermeras y enfermeros del Sermas y no ha tenido en cuenta a los profesionales que ejercen en la sanidad privada y otros ámbitos, un aspecto criticado desde el sindicato.
Así, Satse reclama que Galicia y La Rioja se sumen pronto al resto de comunidades autónomas y acrediten una actuación asistencial que realizan las enfermeras y enfermeros de forma habitual «y que, sin duda, beneficia a la atención y cuidados que se prestan a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía», añade.
«Es absolutamente incomprensible que una tramitación administrativa que no tiene ninguna complejidad y que puede hacerse realidad en cuestión de semanas si se tiene la voluntad adecuada siga pendiente desde hace más de dos años y medio», afirman desde el sindicato.
Por último, Satse reitera que la prescripción enfermera facilita un mayor acercamiento del profesional y el paciente, y le ofrece una mayor seguridad, ya que hay un control más cercano de la evolución del tratamiento a seguir, se detectan mejor posibles efectos adversos y se propicia un mejor cumplimiento terapéutico. Supone, además, una herramienta fundamental para garantizar la continuidad de los cuidados y agilizar la toma de decisiones.