El calendario escolar se mantiene como hasta ahora, o al menos de momento. La Consellería de Cultura, Educación e Universidade ha confirmado que se estudiará la necesidad de alterar el regreso a las aulas tras las vacaciones de Navidad, pero también que esta decisión se adoptaría a partir de criterios sanitarios y en función de la evolución de la pandemia.
La propuesta partió del sindicato ANPE Galicia en el seno de la mesa sectorial de educación, reunida este martes. La organización docente solicitó retrasar unos días el reinicio de la actividad lectiva, por lo que el regreso a las aulas se pasaría del 8 al 11 de enero.
El sindicato argumentó que, con este cambio, las autoridades y a los centros contarían con más tiempo para articular medidas ante un hipotético repunte de casos y los brotes de COVID-19 que puedan producirse a raíz del periodo navideño.
La administración gallega consideró que se trataba de una propuesta razonable y que se daría traslado para su análisis. A preguntas de los medios, el titular de Educación, Román Rodríguez, aseguró que se está «viendo» la posibilidad y apeló a la prudencia, puesto que únicamente se aplicaría con el aval y la recomendación de los expertos sanitarios.
El propio conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, reconocía también este miércoles que el comité clínico «no se planteó ninguna modificación del calendario escolar», o al menos de momento.
UNA CUESTIÓN «DELICADA»
Rodríguez ha insistido en que esta decisión «es una cuestión muy delicada», puesto que afecta tanto a la conciliación de las familias como a las circunstancias sociales. En todo caso, ha defendido que Galicia fijó el inicio de las clases en el tramo escogido por la mayoría comunidades autónomas, que es la franja de entre el 7 y el 8 de enero.
«Tiene que estar planteado y avalado desde la perspectiva sanitaria», ha reiterado, para después insistir en que «no es un tema para improvisar», por el perjuicio que puede provocar en la vida de las familias.