El coordinador del equipo COVID-19 de las residencias del área del Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac), Fernando Lamelo Alfonsín, ha defendido este lunes que la decisión de trasladar o ingresar un anciano con coronavirus «se consensúa» con sus familiares, con los que en la primera ola de la pandemia había una comunicación «todos los días, por un medio o por otro».
Además, ha asegurado que «a ninguno» de los usuarios le faltó el mismo tratamiento que «a cualquier» otra persona. «Creo que estuvieron bien atendidos», ha remarcado, si bien ha reconocido que a «muchos de ellos no tenía sentido derivarlos» porque no lo precisaban.
Durante su comparecencia en la comisión para la reactivación de la Galicia post-COVID en el Parlamento gallego, Lamelo Alfonsín ha puesto el foco en que «el enemigo» es el coronavirus y ha hecho un llamamiento a «sacar el dedo acusador sobre el mundo residencial», porque «no tiene la culpa» de lo ocurrido.
En su intervención, en la que incluso ha llegado a homenajear a todos los fallecidos en geriátricos del área asistencial coruñesa porque los conoció «a todos», según ha dicho, ha querido reivindicar que no es «experto en modelos» de residencias, sino que le toca hablar sobre su labor «como médico» y dentro de sus responsabilidades en el área coruñesa, en la que los mayores infectados fueron el 10,6 por ciento –394 en total– y los trabajadores, el 5,7.
Así, ha explicado que su cometido durante la pandemia fue el de coordinar a 8.000 personas en el ámbito de las residencias a través de los «diversos protocolos de intervención y de aislamiento» que existían en un primer momento, para adaptarlos a unas instalaciones que «no estaban acostumbrados» a tratar con material sanitario.
No obstante, Lamelo Alfonsín ha insistido en que se atendió «a todos» los mayores que necesitaron asistencia médica o traslado: «Nadie me preguntó en ningún momento, ni para hacer un tratamiento o tomar decisiones, si eran del sistema público o privado».
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