El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, se ha mostrado este miércoles 4 de noviembre «convencido» de que la reforma de la Ley educativa –la denominada ‘Ley Celaá’- «favorecerá la integración y el bilingüismo más que perseguir el español».
«No me corresponde a mí entrar en la polémica de la Ley debatida en educación, pero estoy convencido de que será siempre una ley que favorezca la integración y el bilingüismo más que una ley que persiga el español. Mi experiencia no es esa», ha señalado García Montero durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados.
El director del Cervantes ha respondido a distintos diputados que han planteado en la comisión la situación del bilingüismo en España, tras la la enmienda conjunta de ERC, PSOE y Unidas Podemos, a iniciativa de ERC, que pretende introducir la posibilidad de que las comunidades autónomas puedan determinar cuál es la lengua vehicular de su territorio en el ámbito educativo y que se votará este jueves en el Congreso.
«Debemos aprender que es un deber democrático que las sociedades respeten las lenguas maternas. No entiendo muy bien estas luchas entre catalán y español o entre el vasco y el español, porque tenemos experiencia de convivencia y no hay que alarmarse: el español no está en peligro. Somos la segunda lengua en el mundo», ha indicado.
«No hay que olvidar esa importancia del español en el mundo, que además enriquece la extensión del gallego, el catalán o el euskera como lenguas que conviven con el español en España», ha indicado el director del Cervantes, quien además ha recordado cómo la Unión Europea ha puesto de relieve la necesidad de «aprender a vivir con la convivencia».
«La UE apostó por mantener la variedad lingüística y ya se hablan más de 200 lenguas. La variedad lingüística es maravillosa y las zonas bilingües se equivocarían mucho renunciando a su bilingüismo por que una lengua quisiera enfrentarse a la otra», ha lamentado.
Para García Montero, la defensa del español se ejerce «haciendo respetable al idioma y a los intereses de España». «Somos el 8% de la comunidad hispanohablante. Si de pronto se toma una decisión donde se dice que el español es ‘Marca España’, vamos a tener a todos los países latinoamericanos en contra. Hay que aprovechar esta hermandad que defiende el panhispanimso», ha concluido.