Varias decenas de alumnos de bachillerato han iniciado sus clases entre este miércoles y jueves en centros privados y concertados de Galicia. Entre ellos, Acacias-Montecastelo, Compañía de María en Vigo o el Peñarredonda y el Monteespiño en A Coruña, que han podido abrir sus puertas a los jóvenes en el calendario previsto y tras la adaptación realizada a los protocolos de la COVID-19.
Antón Blanco, director del Peñaredonda, explicó a Europa Press que todos los alumnos llegaron familiarizados con los itinerarios y las rutinas establecidas en el centro, puesto que las familias ya habían sido informadas previamente del proceso de adaptación a los protocolos de la Xunta.
«El entorno es seguro, es cómodo y estamos muy contentos», ha insistido, destacando especialmente la «alegría» de ver de nuevo a los alumnos tras tener que despedirse fortuitamente en marzo, debido a la irrupción de la pandemia y las medidas de restricción del estado de alarma.
En todo caso, la jornada está transcurriendo con normalidad para los casi 50 alumnos de bachillerato que se incorporan tanto en 1º como 2º, con un centro preparado y adaptado tanto con circuitos de circulación, mamparas y geles.
MEJORA TECNOLÓGICA
Desde el Montecastelo-Las Acacias, en Vigo, también han agradecido el buen inicio del curso en sus instalaciones, y que han aprovechado el tamaño del inmueble para realizar obras, tirar tabiques y agrandar aulas, además de establecer numerosos circuitos para el alumnado de cada etapa educativa.
El director, José Manuel Rodríguez, ha destacado que el patio ha sido parcelado para que cada nivel disponga de sus zonas durante los recreos, y se ha realizado una inversión para poder resolver tanto los problemas con la división de grupos como para mejorar la disponibilidad de equipos tecnológicos.
En este sentido, han dispuesto cámaras en las aulas y pizarras digitales para que los alumnos puedan seguir las clases con normalidad, en el caso de tener que guardar cuarentena, e interactuar con el profesor.
Para el comedor escolar, se ha ampliado el horario y se han organizado turnos, en los que cada alumno dispone de un sitio fijo durante todo el curso.
Rodríguez ha destacado la implicación del equipo docente para poder sacar adelante las tareas de adaptación y ha valorado que, de momento, carecen de incidencias por la COVID-19, salvo uno de los alumnos que con un contagio en su familia y que está a la espera de las pruebas.