La alcaldesa de Viveiro, la socialista María Loureiro, ha atribuido este jueves la decisión del municipio de no ceder el espacio del Resurrection Fest para su versión ‘XS’ adaptada a la ‘nueva normalidad’ por el riesgo de que se produjesen «aglomeraciones» fuera el recinto y por el «miedo» y «preocupación» mostrado por los vecinos.
«Lo que prima en esta nueva normalidad es la salud», ha dicho María Loureiro, que ha recordado que se trata de «una situación excepcional, especial y extraordinaria», ante la que el consistorio optó este miércoles por «no autorizar» el uso del recinto para la celebración de una versión reducida del festival, que se había anunciado tan solo un día antes.
Para justificar esta decisión, que, según los organizadores de la cita, les ha pillado por sorpresa, la alcaldesa ha recordado que «hace un mes» había un cierre perimetral en A Mariña a causa de un brote de coronavirus.
Así, y aunque ha afirmado que «el formato que presentaba la organización era seguro», con conciertos limitados a 800 personas y garantizando la separación, la preocupación del ayuntamiento estaba «fuera del recinto», donde se podían producir «aglomeraciones de gente», ha dicho la alcaldesa.
Además, Loureiro ha recordado que los medios de los que dispone el municipio «son los que son», en referencia a los agentes que «controlan que la gente cumpla las normas». La regidora ha hecho hincapié en que, si «la Policía está en el recinto de Resurrection» no puede estar en el centro de Viveiro, «controlando que toda la gente cumpla con las medidas de seguridad».
Finalmente, el temor y «clamor de los vecinos» también ha pesado a la hora de denegar la autorización para el festival. «Existe preocupación aquí en Viveiro», ha dicho la regidora, para quien la gente «tiene miedo» en relación a la pandemia.
Pese esta situación, la alcaldesa ha garantizado que el ayuntamiento «siempre apoyará al festival y a la organización», aunque, ahora mismo, ha subrayado, «lo que tiene que primar es la salud».