Las escuelas infantiles públicas abrirán el próximo 4 de septiembre y lo harán con un protocolo de medidas por el coronavirus que afectan también a centros privados y concertados y que incluye actuaciones como que los padres tendrán que medir la temperatura a diario a los niños y cumplir horarios «estrictos» de entrada y salida.
Según el protocolo elaborado por la Xunta, al que ha tenido acceso Europa Press, las familias tendrán que tomar la temperatura diariamente a sus hijos antes de acudir al centro, de forma que si supera los 37 grados no podrán acceder al aula. Además, tendrán que acudir a la hora concertada y respetar los horarios «estrictos» de entrada y de salida, no podrán dejar los carritos de los bebés en el recinto y tampoco acceder a recoger a los menores.
La fecha de inicio escolar ha sido comunicada a los sindicatos por parte de la Consellería de Política Social, según han ratificado a Europa Press fuentes del departamento que dirige Fabiola García y sindicales, y afecta a los centros dependientes del departamento autonómico y del Consorcio Galego de Servizos da Igualdade e do Benestar. El protocolo ha sido validado por el comité clínico y está sujeto a aportaciones, pero está compuesto ya por las normas básicas de obligado cumplimiento.
Además, la Xunta también ha trasladado un plan de prevención de riesgos por covid-19, que pasa por formación en prevención, que se realizará antes del periodo oficial de vacaciones. El personal de las escuelas infantiles también tiene recomendaciones como priorizar el uso de transporte privado e individual para acudir al trabajo, tendrá que cambiarse de ropa en el centro y mantener distancias de seguridad, así como hacer uso de medidas de protección como mascarillas o pantallas faciales.
En el caso de que aparezca un caso positivo de covid-19 en una escuela infantil, se valorará realizar un diagnóstico en 24 horas de existir clínica compatible «a todo el personal que haya tenido contacto estrecho con el caso positivo» en el centro.
OTRAS MEDIDAS
El protocolo de medidas, al que ha tenido acceso Europa Press, también implica que las familias deberán firmar un documento responsable de no tener sintomatología de covid-19 ni haber tenido contacto estrecho con personas con coronavirus en los 14 días anteriores a su incorporación, así como deberán comunicar cualquier circunstancia que pueda ocurrir en cualquier momento del curso a este respecto.
Asimismo, las medidas señalan que habrá que desinfectar toallitas y pañales, los biberones que se lleven de casa, incluidos los de leche materna, y las familias, que no podrán acceder al centro salvo que lo requiera el personal (en cuyo caso se hará con medidas de protección), no podrán dejar el carrito de bebé dentro del recinto.
Las normas también recogen que, en el caso de ser detectada fiebre en un menor durante la jornada, las familias deberán «presentarse en el centro con la mayor brevedad posible, por lo que deberán estar localizables en todo momento».
Los niños caminarán preferentemente con calcetines de suela antideslizante dentro del centro si así lo permite la temperatura de las aulas. En el caso de que no tener suelo radiante, se empleará calzado exclusivo para estar dentro de la escuela y salir al patio.
Para acceder al recinto, por parte de empresas externas (como las de cátering, por ejemplo), habrá que proveerse de calzas y, de ser posible, el acceso será por puertas alternativas a las que utilizan los menores. También se priorizarán actividades en grupos reducidos, al aire libre, alternancia de espacios y, en el caso de pupitres o comedores, distanciamiento social entre los niños.
Los menores de 0 a 3 años no tienen que hacer uso de mascarillas, pero se recomendará su incorporación a partir de los tres años. Desde los seis años es obligatoria, mientras siga el protocolo de coronavirus activo. Además, quedan suspendidas todas las reuniones presenciales con los padres y madres con la escuela, se fomentarán las videollamadas, y tampoco se admitirán actividades de las asociaciones de madres y padres en el recinto.
Cada centro contará con una persona responsable de coordinación de las medidas de prevención y control de la covid-19. Será la encargada de contactar con la jefatura provincial de Sanidade si existe algún brote o algún caso de sospecha para coordinar las medidas de control. También tendrán un centro de salud de referencia, donde se puede poner en contacto el responsable del centro para resolver alguna duda o incidencia.
DESMIENTE QUE CONTAGIEN MÁS
En la información que aporta en su protocolo, la Xunta destaca que todos los estudios publicados hasta la fecha «desmienten la idea inicial de que la población infantil tiene una capacidad de contagio superior a la población general». Recoge, así, un artículo publicado en ‘Arch Dis Childhood, que se titula «Los niños no son súper-diseminadores de la covid-19: hora de volver al colegio».
Es más, apunta que «a diferencia de otras infecciones», los datos preliminares «sugieren que los niños juegan un papel menor en la cadena de transmisión de la enfermedad y son los adultos la fuente principal de contagio». Los casos pediátricos se producen de forma «mayoritaria» por contagio a través de la convivencia con adultos infectados.
Este protocolo de la Xunta también recoge que uno de los mensajes reiterados que surgieron en los inicios de la epidemia fue el de que los niños eran «un importante vector de contagio de infección». «Estos argumentos no fueron sustentados por los estudios realizados posteriormente. De hecho que, y según el estudio de seroprevalencia realizado pro la Xunta, «la población infantil menor de 19 años está netamente menos contagiada que las personas de más edad».
La prevalencia de contagio de menores de 19 años es del 0,5 por ciento, el de la población de entre 10 y 19 años, es del 0,56 por ciento y el de la población mayor de 20 años, está en el 0,9 por ciento en cualquier franja de edad.