Un equipo de auditores ha alertado este miércoles a la nueva dirección de Alu Iberica de la existencia de prácticas contables «cuestionables» en las cuentas de las plantas de la antigua Alcoa en Avilés y A Coruña correspondientes al periodo 2017-2018.
Según ha informado Grupo Riesgo a través de una nota de prensa, los auditores apuntan a dudas sobre la valoración real de ambas plantas en esos ejercicios.
Las plantas de Avilés (Asturias) y A Coruña (Galicia) pertenecían a Alcoa, quien anunció en octubre de 2018 que dejaba de producir en esas instalaciones. Finalmente, se produjo la venta de las mismas al fondo suizo Parter Capital, que se materializó el verano de 2019. Las plantas pasaron a pertenecer a un grupo denominado Alu Ibérica. En abril de este año 2020 se conocía que Grupo Riesgo había adquirido las plantas.
Según ha explicado este jueves Grupo Riesgo, un grupo de profesionales externos están realizando una auditoría sobre las plantas y han detectado que cada planta fue valorada aproximadamente en 13 millones de euros en los libros.
«Sin embargo, los antiguos gestores no imputaron la reestructuración anunciada en 2019 en dicha valoración, lo que significaría un valor menor de los 13 millones», han añadido.
En la actualidad, señalan que los auditores están «atados de manos» porque no han recibido respuesta ante esta duda planteada y no pueden realizar una valoración real de estos activos para el balance y las cuentas de 2019.
Han calificado de «preocupante» estas prácticas contables «cuestionables», así como la «falta de claridad y transparencia» por parte de los gestores anteriores. Ante ello, están analizando otras cuestiones de relevancia con respecto al ejercicio de 2019, con el objetivo de detectar todas las posibles irregularidades que existieran.
La nueva directiva de Alu Ibérica ya señaló el martes públicamente otras irregularidades en la gestión anterior. Entre otras cosas, apunta las complicaciones para presentar el impuesto de sociedades correspondiente al ejercicio 18-19 debido a la inexistencia de la formulación de las cuentas anuales de ese ejercicio, aparte de anunciar clientes a pérdidas durante muchos años, deuda «descontrolada» o «falta de cumplimiento de las promesas a los trabajadores».