El BNG considera «decepcionante» y un «mal precedente» para los retos «más importantes» industriales que Galicia «tiene por delante» el acuerdo firmado por el Gobierno –Transición Ecológica y Trabajo–, centrales sindicales (de ámbito estatal) y compañías titulares de centrales térmicas de carbón –Endesa, Iberdrola y Naturgy– para consolidar las bases de los Convenios de Transición Justa.
Así, los nacionalistas advierten de que Galicia está «afectada de una forma trascendental» por las repercusiones del cierre de Meirama y As Pontes, sin que en estos años, aseguran, Xunta o Estado «hubiesen trabajado a favor de una alternativa». En este sentido, el BNG considera que la hoja de ruta firmada «tiene muchas carencias que deberían ser corregidas».
En primer lugar porque, afirma, «carece de compromisos». A este respecto, el portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha señalado que la «emergencia sanitaria no puede ser una disculpa para minorar esfuerzos económico». «Al contrario», dice, la «necesidad de impulso económico es y será mayor, más aún, teniendo en cuenta que la crisis de la covid-19 viene a agravar la profunda crisis industrial que ya estaba viviendo Galicia».
Por su parte, la que fuera diputada en el Parlamento gallego Noa Presas ha señalado que el compromiso de remisión por parte de las empresas de planes de acompañamiento «es un brindis al sol», ya que no se les exige unos mínimos al respecto del mantenimiento del empleo. Es más, «el acuerdo no recoge medidas suficientes a respecto de la industria auxiliar», dejando su futuro «en mano de la voluntad de las empresas».
Además, el acuerdo «excluye» los foros decisión y de la comisión de seguimiento, de forma que la hoja de ruta «se basa, nuevamente, en una óptica centralista, alejada de la realidad concreta» de Galicia.
«INCUMPLIMIENTOS»
Los dirigentes nacionalistas advierten, en este sentido, de que ese fue el enfoque de los sucesivos planes del carbón, que se saldaron para Galicia «con incumplimientos» en las inversiones y, después, con la «exclusión», lo que, para Rego, «también hace que hoy el punto de partida sea desigual y que Galicia deba ser compensada por los anteriores agravios de gobiernos del PP y del PSOE».
Así, el BNG sostiene que, para que la transición energética sea «realmente justa», «no puede ser decidida desde los despachos de Madrid», con la «exclusión de la representación gallega», ya sea en el plano institucional, como es la Xunta, como en el sindical, con el sindicalismo nacionalista, que es «mayoritario» en Galicia.
La que fuera diputada en la X Legislatura y cabeza de lista por Ourense, Noa Presas, ha advertido de que el BNG «velará por que Galicia sea respetada y escuchada» y ha lamentado que el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo «esté centrado únicamente en continuar con su campaña electoral, en lugar de ejercer sus competencias en materia de industria y reclamar que Galicia tenga voz y voto».
«Es escandalosa su renuncia a defender los intereses de Meirama y As Pontes», ha enfatizado Noa Presas. El Bloque defiende que Galicia «tenga voz y voto» en las negociaciones referentes al progresivo fin del carbón para garantizar que se den en condiciones de «igualdad» y «evitar un nuevo fracaso con graves consecuencias laborales y sociales».