El abogado de Emilio Lozoya, ex director general de la petrolera mexicana Pemex, lo ha visitado este miércoles en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre, donde se encuentra desde la pasada semana tras ser detenido, para estudiar la estrategia a seguir ante su orden de extradición.
El letrado Javier Coello ha acudido a la prisión malagueña para ver y hablar con su cliente, al que ha encontrado bien, ha señalado en declaraciones a Europa Press, rehusando dar información sobre la estrategia a seguir, ya que aún se tiene que contar con un abogado en España.
Lozoya fue arrestado el pasado 12 de febrero en Málaga por una Orden Internacional de Detención emitida por las autoridades mexicanas, que le buscaban por «un delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita», equivalente a blanqueo de capitales en España y que comprende una pena máxima prevista de 15 años de prisión.
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno decretó el ingreso en prisión provisional incondicional y comunicada para el exdirector general de la petrolera mexicana por entender que existe riesgo de fuga.
Lozoya declaró desde Málaga por videoconferencia y, según las fuentes consultadas, se encuentra ingresado en un módulo de Alhaurín de la Torre en el que están los internos preventivos primarios, es decir, aquellos que ingresan por primera vez en la cárcel. No se ha visto necesario aplicar en este caso ningún protocolo de seguridad complementario, por lo que Lozoya, que se encuentra solo en una celda en la que dispone de aseo, hace vida normal como el resto de presos.
Según ha podido saber Europa Press de otras fuentes, la celda es la misma para todos los presos de Alhaurín de la Torre. Tiene capacidad para dos internos y es de unos nueve metros cuadrados, con mobiliario de hormigón, excepto las dos camas en literas, que están ancladas al suelo. Tiene un mueble y una mesita, ambos de obra, además de un lavabo y un inodoro.
Instituciones Penitenciarias está estudiando que sea trasladado a una cárcel de Madrid por cuestiones administrativas, fundamentalmente por cercanía a la Audiencia Nacional, órgano judicial competente para decidir sobre la orden de extradición emitida por las autoridades mexicanas.
ENTRADA DE PEMEX EN HIJOS DE J. BARRERAS
En septiembre de 2012, Pemex y la Xunta de Galicia anunciaban la firma de los contratos para la construcción de dos floteles (uno en Barreras y otro en Navantia-Ferrol) y, algo más de un año después, a propuesta de Emilio Lozoya, el Consejo de Administración de PMI (filial de la petrolera mexicana) aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones del astillero vigués por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo (en cuya agenda pública figuraron encuentros con Lozoya en 2013 y 2014), se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, que nunca llegaron a hacerse realidad (un atunero, tres ‘buques-tanque’ y otras tres unidades que tampoco se concretaron).
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la «corrupción» en la petrolera, hicieron que el astillero vigués se convirtiera en un quebradero de cabeza para Pemex.
De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías.