Desde la ciencia se están dando los pasos previos, y más decisivos, para la posible instalación de parques eólicos marinos en Galicia. Investigadores de diversos campos vienen estudiando el potencial y las posibilidades que ofrecen las aguas gallegas y la industria del país para la instalación de la eólica offshore. La idea es cada vez más plausible y probable de materializar. Al menos, por lo que se desprende de los resultados de numerosos estudios técnicos, medioambientales y económicos publicados en los últimos tiempos sobre el potencial de Galicia para explotar energía eólica marina y las ventajas que estos parques ofrecerían. Ahora, una nueva aportación científica contribuye a seguir perfilando un futuro que pretende ser más sostenible para el país, en el que molinos de viento y otros ingenios humanos podrían pasar a formar parte del paisaje marino gallego.
Esta vez la propuesta viene de científicos de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de A Coruña, adscritos a los departamentos de Ingeniería Naval e Industrial, Química, y Ciencias de la Navegación e Ingeniería Marina.
Su idea: desarrollar una metodología que permita determinar las áreas más adecuadas para la instalación de un parque eólico marino, algo fundamental para su viabilidad económica y para garantizar que no haya impacto medioambiental negativo.
«Hay lugares donde la cantidad de viento es muy buena, pero donde hay algunas restricciones que limitan la instalación de un parque eólico flotante en alta mar”
El objetivo, explican, fue “desarrollar una metodología para planificar un parque eólico marino flotante utilizando Sistemas de Información Geográfica (SIG)”. De lo que se trata es de analizar las “restricciones significativas” involucradas en el desarrollo de una instalación como esta.
En concreto, la metodología se basa en dos herramientas. La primera se aplica para restricciones generales: batimetría, caladeros de pesca, fallas sísmicas, áreas marinas protegidas, corredores de navegación y las condiciones de los fondos marinos. De este modo, se trazan en mapas las áreas restringidas y no restringidas.
La segunda herramienta, teniendo en cuenta los resultados obtenidos con la primera, considera las restricciones relacionadas con puertos y astilleros, es decir, señala cuáles son las instalaciones en tierra que mejor servicio prestarían –por capacidad y localización– para la construcción, traslado, instalación y mantenimiento del parque eólico marino.
Como último paso, se unen todas las restricciones calculadas y se introducen los índices económicos seleccionados (tasa interna de retorno, coste nivelado de energía, valor actual neto, plazo de recuperación descontado u otro), resultando así los mapas económicos, con las áreas recomendadas y restringidas para la instalación de los molinos.
En los mapas resultantes, la mayor franja sin restricciones se encuentra en la parte noroeste, frente a las ciudades de Ferrol y A Coruña
“Esta herramienta es útil para seleccionar localizaciones donde se pueda desarrollar un parque eólico marino flotante. Por tanto, las empresas o los gobiernos pueden usar la herramienta para reconocer las limitaciones de un área en particular. En este sentido, hay lugares donde la cantidad de viento es muy buena, pero donde hay algunas restricciones (aspectos legales, estratégicos o ambientales) que limitan la instalación de un parque eólico flotante en alta mar”, exponen los investigadores.
Aplicándose todas las restricciones, en los mapas resultantes se observa que la mayor franja sin restricciones se encuentra en la parte noroeste, frente a las ciudades de Ferrol y A Coruña. También existen importantes áreas frente a la Costa da Morte y la ría de Muros y Noia, y entre la ría de Vigo y la frontera con Portugal. Una franja más estrecha se muestra entre las rías de Pontevedra y Arousa, además de pequeñas zonas en el área de la Mariña lucense. Las áreas restringidas ocupan prácticamente todo el litoral gallego y grandes masas de agua en el noroeste mar adentro.
Para calibrar un caso concreto, los científicos consideraron la instalación de un parque eólico marino flotante compuesto por 21 turbinas eólicas de 5.075 MW, 126 metros de diámetro de rotor y 90 metros de altura de la torre. Por tanto, la potencia total de la granja es de 107 MW. La seleccionada es una plataforma florante semisumergible en alta mar con tres columnas, 76 metros de longitud y 12 de calado, estando la turbina eólica situada en el centro de la plataforma.
Con todo, aclaran los autores del estudio, el usuario de su metodología podría cambiar las características del parque para obtener resultados adaptados a su proyecto.
Los resultados se publican en la revista científica Marine Policy, en un trabajo titulado ‘Managing the oceans: Site selection of a floating offshore wind farm based on GIS spatial analysis’.
AUGE DE PROPUESTAS
La idea de instalar parques eólicos en aguas de Galicia sigue, así, cobrando fuerza. Son ya varias las propuestas y diversos los estudios técnicos, medioambientales y económicos publicados en los últimos tiempos sobre el potencial de Galicia para explotar energía eólica marina y las ventajas que estos parques ofrecerían, siguiendo los pasos dados en Escocia –país pionero en la instalación de este tipo de parques– y Portugal.
Los investigadores de los departamentos de Química y de Ingeniería Naval e Industrial de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de A Coruña, en Ferrol, ya presentaron en 2018 otro estudio en el que analizaron los costes que tendría la instalación de la primera granja flotante en aguas gallegas y aconsejaban un «parque grande de más de 100 MW».
En este caso, los expertos se centraron en el análisis de la influencia económica del tamaño de los parques eólicos marinos flotantes, proponiendo la instalación de uno en Galicia, «donde el recurso eólico es óptimo para este tipo de tecnologías», ya que «esta región cuenta con los mejores valores de velocidad eólica marina de la Península Ibérica».
En términos de coste nivelado de energía, determinaron que la mejor estructura flotante para aguas gallegas es la plataforma semisumergible (propuesta también en el último estudio como modelo). «Este valor se reduce alrededor de un 21% cuando la potencia total de la granja se incrementa para todos los tipos de plataformas y granjas», destacaron los autores.
Investigadores de las universidades de Vigo, A Coruña y Aveiro identificaron las zonas más aptas para la instalación de molinos en el mar en el noreste de Galicia y al sur de la ría de Vigo
También en 2018, investigadores del EPhysLab (Laboratorio de Física Ambiental) de la Universidad de Vigo, del Observatorio del Litoral de la Universidad de A Coruña y del CESAM (Centro de Estudios del Ambiente y del Mar) de la Universidad de Aveiro (Portugal), identificaron las zonas más aptas para la instalación de molinos de viento en el mar en el noreste de Galicia y al sur de la ría de Vigo, basándose en las restricciones legislativas, las posibilidades tecnológicas y el potencial energético. Y aconsejaban no instalar parques cerca de la costa para evitar impactos ambientales y visuales.
Sin embargo, «la mayor densidad de potencia eólica se identificó en la zona noroeste, desde Cabo Fisterra hasta Cabo Ortegal, donde hay pequeñas zonas sin restricciones legales o técnicas que se encuentran cerca de varias zonas protegidas (como una reserva marina, un área con protección especial y un humedal y su zona de influencia), haciendo necesario un análisis más profundo de los impactos específicos de cada proyecto en la evaluación de impacto ambiental», detallaron los autores de este estudio.
En octubre de 2016, un equipo del Centro de Engenharia y Tecnologia Naval y Oceânica (CENTEC), del Instituto Superior Técnico de Lisboa, publicó también un estudio sobre la viabilidad de un parque eólico marino en aguas gallegas. Sus conclusiones fueron claras: «Invertir en un parque eólico offshore sigue siendo una inversión de alto riesgo en comparación con los asentados parques onshore [en tierra]».
Los expertos del CENTEC hicieron también un estudio preliminar de la localización óptima y de las características generales que debería tener un parque eólico en alta mar en la costa norte de Galicia. El lugar elegido, en este caso, fue Ferrol. Para esto, ponderaron los requisitos ambientales y técnicos para elegir la mejor localización, determinaron las características técnicas del complejo eólico y calcularon los costes de desarrollo, construcción e instalación.
Al igual que los investigadores de las universidades de Vigo, A Coruña y Aveiro, los científicos del CENTEC partieron de la base de que «la batimetría del fondo marino y los vientos predominantes constituyen características prometedoras para la explotación de la energía eólica marina» en Galicia. A partir de aquí, propusieron una localización basándose en una serie de requisitos relativos a su viabilidad: recursos eólicos disponibles, impacto ambiental, profundidad del océano, distancia a la costa, distancia a la subestación, cercanía al astillero y las instalaciones de suministro, y armonización con otras actividades. Con los datos analizados, consideraron que «un emplazamiento que cumple con los requisitos» exigidos se encuentra «en la costa de Ferrol (43º50′ N, -8º50′ E)», aportaron.
Otros investigadores propusieron la instalación en Burela de la primera granja de OLAS en Galicia para explotar la energía undimotriz
Otro estudio realizado por profesores del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), publicado en 2017, concluyó que la energía eólica marina es una «alternativa clave para diversificar el mix energético español«, así como «un motor económico» para crear empleo –»la mayoría en el sector industrial»– que permitiría «compensar el estancamiento del sector eólico en tierra» al «aprovechar la experiencia tecnológica y los conocimientos técnicos previos».
De igual manera, investigadores del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de A Coruña presentaron también en 2017 un nuevo modelo analítico para evaluar el empleo directo generado por las centrales eléctricas renovables y no renovables. El objetivo fue a ayudar al proceso de toma de decisiones en el campo de la política energética. Los resultados demostraron que la eólica en tierra es una de las alternativas «con menor creación de puestos de trabajo». Sin embargo, la otra alternativa eólica, la offshore (en el mar), «obtuvo resultados mejores que la opción de la tecnología terrestre». ¿Por qué? Porque «las actividades de construcción, instalación y desmantelamiento que se realizan requieren un número mayor de empleados», se subraya en el estudio
Por otro lado, investigadores de las universidades de Santiago de Compostela y Plymouth (Inglaterra) propusieron para Burela otra alternativa de renovables marinas: la creación de la primera granja de ondas en Galicia para explotar la energía undimotriz (la producida por el movimiento de las ondas del mar).
Precisamente, otro estudio, en este caso una tesis doctoral defendida en la Universidad de Santiago, concluyó que el uso y el aprovechamiento conjunto de dos energías renovables cómo son la eólica y la undimotriz reduce a la mitad los costes de producción.