La Asociación Eólica de Galicia (EGA) manifiesta su «enorme decepción» por el resultado de la Cumbre del Clima (COP30) celebrada estos días en la Amazonía brasileña.
En un comunicado, apunta que «la ausencia de una hoja de ruta y un calendario para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es nefasto desde todos los puntos de vista».
«Que el documento final no recoja ni una sola cita a los hidrocarburos (petróleo y gas), principal fuente del calentamiento global y de los gases de efecto invernadero, es una catástrofe», afirma EGA.
Así, recalca que «más allá de los exiguos resultados de la última COP30, cualquier avance industrial en Galicia dependerá de nueva energía renovable».
De este modo, el sector eólico urge una «política de integración ambiental e industrial para tener energía limpia, sostenible y barata, tal como ya se han pronunciado organizaciones sindicales, empresariales y sociales».
Al respecto, explica que tras diez años del Acuerdo de París, «no se firman pactos ni compromisos relevantes cuando ya el año pasado se superó el límite crítico establecido por los científicos de 1,5 grados centígrados de aumento de la temperatura de la Tierra».
Según explica, el último informe del Observatorio Galego de Acción Climática destaca que la energía fósil y el uso final de combustibles fósiles «son la mayor fuente de las emisiones tóxicas gallegas: el 72%». «Y añade que el transporte de personas y mercancías constituyen el ámbito de mayor crecimiento de las citadas emisiones desde 1990», destaca.
En este sentido, EGA recalca la necesidad de «producir más electricidad renovable para avanzar hacia la llamada neutralidad climática de cero emisiones». «Cada año se demuestra más que la energía eólica es una solución eficiente en la lucha contra el cambio climático», insiste.
«Por la seguridad y salud pública del país, por la independencia energética y por una electricidad competitiva para las empresas y barata para todos los consumidores, la legislación debe incluir con toda claridad y sin dejar flecos abiertos a la interpretación subjetiva la directiva europea que otorga a las energías renovables el rango de interés público superior», concluye.

