La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ha lamentado el «rechazo sistemático» promovido, a su juicio, desde «determinados ámbitos» a la implantación de nuevos proyectos en la Comunidad, tras conocerse que Grupo Lence renuncia a la planta de biogás en Lugo ante la contestación social recibida.
En un comunicado, la CEG ha alertado de la «falta de un entorno propicio, de mecanismos ágiles, de seguridad jurídica y de compromiso político y social que esté a la altura de los desafíos globales» actuales.
Para los empresarios, «no es coherente reclamar sostenibilidad, mientras se impide el desarrollo de proyectos que justamente buscan avanzar en esa dirección». «No es viable hablar de reindustrialización o de transición ecológica si cada iniciativa innovadora que hace realidad un modelo de economía circular necesario en el rural se convierte en objeto de bloqueo o parálisis», han añadido.
Al respecto, se han referido al proyecto LuGaz, concebido por Grupo Lence, Norvento, Agroamb y Medrar Smart Solutions, con una inversión de más de 9 millones de euros, de los cuales más de 7 millones estaban financiados con fondos procedentes de la Unión Europea: «una iniciativa viable, basada en la producción de biogás a partir de residuos lácteos y ganaderos, promoviendo la economía circular, reduciendo emisiones y generando empleo en el rural».
«LuGaz supone una oportunidad real, financiada y alineada con los objetivos climáticos y económicos de Galicia y de Europa. Sin embargo, la frustración ha llevado a sus promotores a dar un paso atrás», ha apuntado el presidente de la CEG, Juan Manuel Vieites.
Para Bieites, resulta «preocupante» que ni las iniciativas «respaldadas y promovidas por empresas que han demostrado sobradamente su compromiso con el territorio logran convencer a ciertos sectores que parecen haber adoptado una postura sistemática de oposición». «De nuevo, parece que un eslogan pesa más que iniciativas diseñadas para responder a los nuevos modelos productivos que exigen la legislación europea y la lucha contra el cambio climático», ha apuntado.
«Apostamos por una industria responsable, rigurosa, evaluada y comprometida con el entorno; por un marco claro, estable y con visión de futuro. Apelamos al apoyo de la ciudadanía a proyectos que permitan transformar los recursos y capacidades que ya tenemos en empleo, innovación, desarrollo territorial y bienestar para toda la ciudadanía. Porque el verdadero riesgo está en quedarnos atrás», ha subrayado.
Por último, ha criticado que la implantación de cualquier proyecto suponga «un camino plagado de obstáculos, muchos de ellos más ideológicos que técnicos».