El presidente y consejero delegado del gestor aeroportuario Aena, Maurici Lucena, ha arremetido duramente contra Ryanair, acusando a la aerolínea de desplegar una estrategia de comunicación basada en la «deshonestidad», la «mala educación» y el «chantaje» para conseguir beneficios económicos.
«Es una pena que la política de comunicación y de relaciones institucionales de Ryanair esté guiada por el fariseísmo, la mala educación y el chantaje», asegura Lucena en un comunicado distribuido este miércoles en el que denuncia a la compañía irlandesa «falsear la realidad» y utiliza la intimidación para obtener ventajas a costa del dinero de los contribuyentes.
La nota de Lucena critica que Ryanair, a pesar de su «excelencia operativa», mantiene una política de comunicación en «permanente y deliberada colisión con los hechos objetivos y la veracidad».
El presidente del gestor aeroportuario acoge con «estupefacción inefable» las declaraciones del CEO de la aerolínea, Eddie Wilson, quien en rueda de prensa esta mañana ha afirmado que «España está ahora mismo cerrada al turismo» a pesar de que las previsiones apuntan a un récord histórico de casi 100 millones de turistas internacionales en 2025.
LA SUBIDA DE TARIFAS, EL EPICENTRO DEL CONFLICTO
La raíz del conflicto radica en la propuesta de Aena de subir las tarifas aeroportuarias en 0,68 euros en 2026, una decisión que, según la empresa pública, se basa en la aplicación de fórmulas matemáticas objetivas y se ajusta a la Ley 18/2014, aprobada por el PP. Aena defiende que esta subida es «insignificante» para la decisión de un viajero, y subraya que Ryanair ha incrementado el precio de sus billetes un 21% en el último año.
Además, el comunicado de Lucena desmiente varias afirmaciones de Ryanair, como que las inversiones de Aena las pagan las aerolíneas: «Aena las sufraga íntegramente con su propio dinero».
«Sostener lo contrario es un sofisma equivalente a decir que las inversiones de Ryanair cuando adquiere aviones para su flota las pagan los pasajeros que compran los billetes de avión de la aerolínea irlandesa; o que las inversiones de Inditex en sus fábricas las pagan los ciudadanos que compran sus prendas de vestir», explica.
Añade también que las inversiones multimillonarias de Ryanair en aviones Boeing no son inversiones en España, ya que el porcentaje de fabricación de estos aparatos en el país es inferior al 3%. «Por tanto, estas compras milmillonarias de aviones de Ryanair no son inversiones en España», asegura el gestor.
Según Aena, la propuesta de tarifas cero en aeropuertos regionales, como propone Ryanair, no es sostenible financieramente y solo es posible si se subvenciona con dinero público. El gestor aeroportuario reitera que sus tarifas son las más competitivas de Europa.
«La abundante evidencia empírica demuestra que la gratuidad de las infraestructuras y los servicios aeroportuarios en los aeródromos regionales es únicamente posible si, en lugar de pagarlos Ryanair, los pagan los contribuyentes españoles mediante subvenciones del Gobierno de España, los gobiernos autonómicos, las diputaciones y los ayuntamientos», argumenta Lucena.
A este respecto, asegura que «Ryanair es famosa entre los alcaldes y los consejeros de los gobiernos autonómicos por su trabajo de zapa constante en busca de dinero público para financiar sus vuelos en los aeropuertos regionales».
De este modo, Maurici Lucena acusa a Ryanair de tener una «concepción plutocrática del sistema político», al intentar presionar a gobiernos de toda Europa para obtener beneficios. Según el gestor, la aerolínea ha amenazado a autoridades de Alemania, Francia, Bélgica, Portugal, Italia, Grecia, Austria, Países Bajos, Dinamarca y Reino Unido en los años 2024 y 2025.
Lucena explica en su comunicado que otra evidencia de las «auténticas prioridades» de Ryanair y sus directivos es el «estratosférico bonus» de más de 100 millones que percibirá el consejero delegado del Grupo Ryanair, Michael O’Leary, en función del cumplimiento de una serie de objetivos y de su continuidad en la empresa.
El comunicado apunta que el verdadero interés de Ryanair no es el bienestar de los ciudadanos, sino «ganar más dinero, aunque sea sufragado por el bolsillo de los contribuyentes españoles».
Como prueba, Lucena menciona el «fenomenal resbalón reputacional» de Eddie Wilson al elogiar el aeropuerto de Castellón, que perdió 11,6 millones de euros en 2023 pagados por los ciudadanos de la Comunidad Valenciana.
Lucena concluye que, si bien se beneficia de la «calidad operativa y la eficiencia» de Ryanair, la aerolínea irlandesa ha intentado transformar una relación de «simbiosis» en una de «vasallaje», algo que la empresa pública «nunca aceptará» ya que perjudicaría gravemente el funcionamiento del sistema aeroportuario español.
«España no puede diseñar su sistema aeroportuario en función de los intereses espurios y egoístas de una sola aerolínea», sentencia Lucena en el comunicado, y defiende el modelo actual de red que, gracias a la solidaridad económica entre aeropuertos, permite la vertebración territorial sin recurrir a dinero público.
CIFRAS «DISTORSIONADAS»
Asimismo, califica de «inadmisible» la metodología estadística de Ryanair en su rueda de prensa para «distorsionar las cifras reales e inflamar su mensaje». Así, el presidente del gestor asegura que el número de slots para la temporada de invierno solicitados formalmente por Ryanair, que constan en las bases de datos oficiales (es decir, su programación), es significativamente superior a las cifras comunicadas hoy por Ryanair en su rueda de prensa. «Es urgente que Ryanair aclare esta discrepancia cuantitativa», reclama Aena.
Maurici Lucena asegura con firmeza en su comunicado que «si los aeropuertos españoles evolucionaran al son de las exigencias, el lloriqueo, los embaucamientos y la infumable estrategia de extorsión de Ryanair, a medio y largo plazo, dejarían de funcionar bien (como lo hacen en la actualidad) y no serían sostenibles financieramente».
«Aena y sus accionistas (el Estado, es decir, los ciudadanos españoles, y los inversores privados) merecen, cuando menos, el mismo respeto que los accionistas de Ryanair», concluye Maurici Lucena.