La Comisión Europea propondrá la próxima semana una nueva tanda de aranceles a Estados Unidos en represalia por los recargos generalizados del 20% sobre todas las importaciones europeas y del 25% al coche y componentes procedentes de la UE que Bruselas podrá activar en el mes de mayo si Washington no cede y acepta negociaciones reales para esa fecha, mientras sigue la reflexión de los 27 sobre otras medidas anticoerción en el medio plazo.
Se trata de una ronda distinta a la que ya está en proceso de adopción como primera represalia a los aranceles del 25% al acero y al aluminio europeos y que Bruselas espera adoptar formalmente el próximo martes. Tras la votación los 27 este miércoles en una reunión técnica para avalar la medida, su recaudación se activará de manera escalonada en tres fechas –15 abril, 16 de mayo y 1 de diciembre, esta última sólo para la soja y almendras–.
Bruselas optó finalmente por sacar el bourbon y vinos americanos de esa primera ronda tras «escuchar muy atentamente» a las capitales y atender a países que, como Francia, reclamaran que no se tasara el bourbon para evitar que Trump contraatacara cumpliendo la amenaza de imponer un 200% a los vinos, champagne y otras bebidas espirituosas europeas.
En este contexto, sin embargo, los servicios comunitarios siguen trabajando en nuevas medidas arancelarias para responder a los gravámenes que la Casa Blanca justifica como «recíprocos» a pesar de que no hay aranceles equivalentes del lado de la UE.
Esta propuesta, según indican fuentes comunitarias a Europa Press, se conocerá la «próxima semana» y se planteará su aprobación al mes siguiente, en mayo, si los americanos no se implican antes en verdaderas negociaciones que contengan la escalada arancelaria.
Más tarde, el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, ha confirmado la información en una rueda de prensa al indicar que habrá una propuesta para esta segunda fase «a comienzos de la próxima semana», si bien ha evitado dar más detalles de su alcance ni calendario.
«Presentaremos nuestro plan del mismo modo en que hicimos con el acero y el aluminio: Explicaremos la ‘hoja de ruta’, después lo consultaremos con los Estados miembro y con la industria», ha explicado el portavoz, quien ha aclarado que tras ese proceso Bruselas presentará una propuesta definitiva con «las medidas finales» que someterá al voto de los 27 como ha hecho con la primera tanda.
Al término de una reunión extraordinaria de ministros de la UE el lunes en Luxemburgo, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, confirmó que el bloque mantiene «todas las opciones sobre la mesa» si persiste el pulso comercial de Estados Unidos, aunque no quiso aclarar cuáles son las preferencias de los Estados miembro ni cuál el impacto que se prepara.
La imposición de nuevos aranceles es una opción pero los países piden también explorar otros recursos como el mecanismo aún sin estrenar para actuar ante eventuales coerciones extranjeras que buscan ejercer una presión económica sobre la Unión para forzar decisiones en contra de los propios intereses europeos, por ejemplo relajar estándares de entrada al mercado europeo o forzar cambios legislativos.
Sefcovic, negociador comercial de la Unión Europea y único interlocutor con Estados Unidos para discutir sobre política comercial, ha viajado en dos ocasiones a Washington para tratar sin éxito de frenar los aranceles.
El pasado viernes, además, volvió a tender la mano del diálogo en una conversación de dos horas con el secretario de Comercio norteamericano, Howard Lutnick, y con el responsable comercial de la Administración Trump, Jamieson L. Gree. No hay previstos nuevos contactos esta semana por el momento, según ha apuntado el portavoz de Sefcovic, aunque ha avisado de que la previsión puede cambiar.
Según aseguró este lunes la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, en esa conversación Sefcovic también ofreció a Estados Unidos un acuerdo de cero aranceles sobre productos industriales, lo que en la práctica beneficiaría también al sector del automóvil.
La UE ya intentó esta vía en las negociaciones con la primera Administración Trump y, aunque Von der Leyen dice ahora que vuelve a estar «sobre la mesa», el comisario matizó en una rueda de prensa que es una propuesta a tener en cuenta en futuras negociaciones pero que «ahora no» se había formalizado.