La CIG ha realizado una manifestación por Santiago, la cual ha terminado ante el edificio administrativo de la Xunta, en San Caetano, para reclamar un plan industrial con el que combatir «la graves crisis» en el sector de la automoción en Galicia.
El secretario nacional de CIG-Industria, Xoán Xosé Bouzas, alerta de la pérdida de carga de trabajo, ajuste de plantillas, contratos de personal eventual y una ola de ERTE «abusivos». Apunta que entre 2008 y 2024 se cerraron 22 empresas en Galicia del sector.
En cambio, echa en falta una política industrial de la Xunta para hacer frente a esta situación, además de acusar a empresas y administraciones de «someter a las personas trabajadoras a unas durísimas condiciones laborales y sociales», de precariedad y pérdida de poder adquisitivo, lo que contrasta con que los fabricantes de automóviles «siguen aumentando sus beneficios» y subiendo precios.
Bouzas opina que las administraciones se escudan en el discurso de transición verde para consentir que «sea la clase trabajadora la que asuma estos costes».
«La Xunta sigue siendo un títere de las grandes multinacionales del automóvil sin ningún tipo de criterio, solo el de subvencionar, dejando el futuro de la automoción al azar de las decisiones de los consejos de administración de las grandes empresas», dice la CIG sobre el plan director del Gobierno gallego para la automoción.