La comisión permanente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) ha pedido a sus organizaciones que «sean intolerantes con los escraches en la negociación colectiva» y ha vuelto a reafirmarse en la vigencia del protocolo contra estas movilizaciones y contra «cualquier forma de presión que se adopte por las organizaciones sindicales contra los negociadores de los convenios colectivos».
La patronal pontevedresa ha recordado que este protocolo fue suscrito por las principales asociaciones y federaciones empresariales hace dos años y ha advertido de que «no se puede aceptar cualquier forma de presión sobre las personas que desinteresadamente participan en las distintas mesas».
Por ello, ha pedido que no se toleren esas actitudes «que recuerdan al pasado y que atentan gravemente contra la libertad que ha de presidir cualquier negociación en un marco democrático».
En ese sentido, la organización ha reconocido que «cada vez cuesta más empresarios dispuestos a participar en la negociación colectiva, precisamente por las presiones que a nivel personal sufren, en muchas ocasiones con daños directos a sus empresas». Así, ha puesto como ejemplo la negociación del convenio de Oficinas y Despachos, que asumió directamente la CEP y que está paralizada «precisamente por los escraches y actos de presión sufridos por la propia Confederación y por las personas presentes en la mesa».
La CEP ha defendido sus planteamientos en esa negociación y señala que no han cambiado las circunstancias que llevaron a la suspensión de las negociaciones. Así, exige para retomarlas, «garantías de que no se van a repetir hechos de presión similares y de que pueda haber avances en la aproximación de las posiciones».
El órgano de gobierno de la CEP considera que la oferta empresarial «ya ha sido muy generosa y mejorarla pondría en grave riesgo la supervivencia de muchas pequeñas y medianas empresas del sector».