La Comisión Europea ha avisado a las autoridades españolas de que son responsables de garantizar las condiciones para evitar el deterioro del embalse de Portodemouros, situado en la cuenca del río Ulla entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, que abastecerá a la planta de fibras textiles que quiere instalar la empresa portuguesa Altri en el municipio de Palas de Rei (Lugo).
Además, las autoridades españolas deberán tomar medidas si se produce alguna desviación de lo previsto en los permisos, según ha indicado el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, en respuesta a una pregunta parlamentaria de la eurodiputada de Podemos Eugenia Rodríguez Palop, que advierte de que la empresa pretende instalar un sistema de captación de agua con un caudal de 46.000 metros cúbicos al día.
Altri espera obtener 250 millones de euros de financiación pública a través del programa del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de descarbonización industrial, ligado al plan de recuperación y resiliencia de España.
Al respecto, el comisario ha recordado que los criterios de selección deben garantizar el principio de «no causar un perjuicio significativo» y de la legislación medioambiental de la UE, cuyo cumplimiento será evaluado oficialmente por la Comisión en el marco de las próximas solicitudes de pago pertinentes.
Sinkevicius ha señalado también que Bruselas está al tanto de que las autoridades competentes de Galicia han iniciado recientemente una consulta pública sobre la evaluación de impacto ambiental del proyecto y la concesión del permiso para la extracción de agua del embalse de Portodemouros, que, según los informes de las autoridades españolas sobre el segundo plan hidrológico de cuenca, «tiene un potencial ecológico inferior a bueno» y que la Comisión está actualmente evaluando.
INVERSIÓN DE 80 MILLONES PARA TRATAMIENTO DE AGUAS Y VERTIDOS
A comienzos del mes de junio, el consejero delegado de Altri, José Soares de Pina, señaló que el proyecto debe contar con «confianza jurídica», con una tramitación ambiental aprobada y «la parte de financiación concluida», por lo tanto, se marca como horizonte este año para tomar una decisión sobre la inversión.
Uno de los aspectos que ha levantado más polémica ha sido el consumo de agua que requiere la instalación, la compañía indica que será «referente mundial» y se usarán 15 metros cúbicos de agua por tonelada, según dice, cuando la media del sector es de 30 metros cúbicos por tonelada. Detalla que el caudal del río Ulla tendrá una merma en su caudal inferior al 1% durante nueve meses al año, entre 1% y 2% en junio y julio, así como del 2% en agosto y septiembre.
Altri asegura que se van a respetar los límites marcados medioambientalmente, que incluye una modificación de hasta tres grados en la temperatura del río Ulla (con un límite de 27 grados), según la normativa.
El agua se devolverá al río depurada, por lo que «no va modificar su medio natural» y la compañía descarta afectación en la ría de Arousa. Estima una inversión de 80 millones para el tratamiento de aguas y vertidos, que utilizará una técnica de filtración por membranas. En caso de vertido, está contempladas balsas de emergencia y se pararía la planta.
El proyecto ha provocado una fuerte oposición vecinal, con una manifestación que congregó a 20.000 personas en Palas de Rei llegadas de toda Galicia.