La Xunta de Galicia ha decidido no volver a deflactar el Índice de Precios de Consumo (IPC) en el tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aunque ha asegurado que esta medida todavía afectará a la campaña de la declaración de la renta de 2023, que se llevará a cabo a partir de abril del año que viene.
Según fuentes de la Consellería de Facenda consultadas por Europa Press, el Gobierno gallego tomó una serie de medidas que se reforzaron en 2023 incluso de manera retroactiva con el fin de hacer frente a la escalada de precios que sufrían los hogares gallegos.
En ese marco, en los presupuestos autonómicos de 2023 se recogían las deflactaciones de los tres primeros tramos del IRPF con efectos retroactivos al año 2022, afectando a la renta de ese año, que se hizo en abril del actual ejercicio, y también a la declaración de 2023, que se hará en abril de 2024.
La deflactación de un impuesto consiste en ajustar los tramos de dicho impuesto a las subidas de precios, para tratar de evitar que los contribuyentes paguen un porcentaje mayor de sus ingresos debido a la subida de sueldo debida a la inflación, que no supone un incremento de su capacidad adquisitiva.
«La Xunta aplicó una deflactación selectiva en el momento en el que más se necesitaba, es decir, cuando el IPC alcanzaba los dos dígitos», han reivindicado las mismas fuentes.
Sin embargo, en las cuentas de 2024 ya no se recoge esta medida, aunque sí se contemplan algunas reducciones fiscales, como una bajada al 8% del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.