El Gobierno ha publicado la segunda convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) para la primera línea, dotada con 850 millones de euros y destinada a la ayuda a proyectos de producción de baterías. La ventanilla de esta línea estará abierta desde el 17 de julio hasta el 15 de septiembre.
Así lo publicado el Ejecutivo este viernes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en el que también se recoge la orden de bases reguladoras para la segunda línea, destinada a la cadena de valor del vehículo eléctrico y conectado, y cuya convocatoria se publicará «en los próximos días», después de que la Unión Europea publicase el Reglamento de Exención por Categorías.
En la primera línea, la publicada este viernes relativa a las baterías, los fondos destinados serán de 850 millones de euros, de los que 550 millones son subvención y los 287 millones restantes concesión en el formato de préstamos. El máximo de ayuda al que podrá optar una empresa que produzca baterías, sus componentes y materias primas relacionadas será de hasta 300 millones de euros.
En este sentido, las ayudas oscilarán entre 150 millones y 300 millones de euros para la inversión en el ámbito de las baterías, según si se realice en zona asistida; mientras que para las inversiones en componentes esenciales la ayuda no superará los 100 millones de euros, y en el caso de las destinadas a materias primas, el montante no superará los 25 millones de euros. Además, esta convocatoria se otorgará a los beneficiaros, como fecha máxima, el 31 de diciembre de 2025.
Entre las principales novedades del Perte VEC II está la resolución de proyectos por un sistema de concurrencia simple, es decir, por orden de llegada, así como la posibilidad de presentar proyectos individuales en lugar de en torno a un proyecto tractor.
En un comunicado, el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, ha mostrado su convencimiento de que estos fondos se «agotarán», al tiempo que ha remarcado que España «va a estar a la altura del reto industrial» y que va a «liderar la movilidad sostenible en Europa».