La renta disponible bruta de los hogares gallegos –que mide el saldo disponible para consumo final o ahorro– ascendió a un total de 43.661 millones en 2021, un 2,9% más que el año anterior.
Así, la renta disponible por habitante fue de media de 16.224 euros, un 3,2% más que el ejercicio anterior, según los datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) este viernes.
Entre 2015 y 2018, la renta disponible bruta de los hogares creció aunque a menor ritmo del que lo hacía la economía. En 2019 aumentó más que el PIB debido principalmente a la evolución positiva de la remuneración de asalariados en ese año. En 2020, a consecuencia del impacto de la covid, cambia la tendencia y disminuye un 1,9%, merma inferior a la del PIB, «debido en buena parte al efecto amortiguador de las prestaciones sociales».
Sin embargo, en 2021 el crecimiento del PIB fue del 7,7%, lo que supone más doble que el ritmo de avance del 2,9% de la renta disponible de los hogares gallegos.
Previamente, en 2020, se produjo una acusada caída, del 6%, de las rentas primarias –aquellas que provienen del trabajo, principalmente de la remuneración de asalariados– a consecuencia de la pandemia. Esto dio lugar a un desplome del 10,3% del gasto de los hogares y un alza del ahorro.
La remuneración de los asalariados representa un 46,4% de los recursos totales de los hogares gallegos, el trabajo por cuenta propia el 19,4% y las prestaciones sociales suponen el 25%.