El 40% de las familias de Lugo llegan con mucha dificultad a fin de mes, un dato que se ha visto incrementado tras la llegada de la pandemia. Son datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) que analiza el decano de la Facultad de ADE en Lugo, Roberto Bande, y que tilda de «preocupantes».
Los lucenses cobran, en términos netos, una media de 1.300 euros al mes y el principal componente del gasto de las familias son los alquileres: «En torno a un 40% del salario se destina al pago de la vivienda y esto es mucho».
Para el economista, la única forma de que este porcentaje de gasto descienda reside en que el precio de la vivienda disminuya «mediante incentivos económicos que favorezcan el alquiler de pisos a precios asequibles».
Un 15% de las familias lucenses viven en régimen de propietarios. «Ahora, quien tenga un piso va a tener que hacer frente a tipos de intereses más altos, el coste de las cuotas va a aumentar y si a esto le sumamos el pago de facturas se empieza a complicar el día a día».
Los problemas que provocan esta delicada situación económica son, para el experto, claros: «Los salarios no han aumentado y si lo ha hecho el coste de la vida».
Bande resalta que la solución tampoco podría pasar por una «subida generalizada de los salarios». Un ‘bum’ desmedido podría provocar una inflación «similar a la vivida en los años 70». «Es como un círculo: suben los salarios, aumenta el poder adquisitivo, las empresas suben los precios. Esto se convierte en un circulo del que salir es muy complicado, aparecen las recesiones, crisis…», explica.
El lucense cree que «las negociaciones de los salarios» va a ser algo muy «delicado». Por una parte, porque «no se puede permitir que los trabajadores menos favorecidos pierdan su poder adquisitivo». «Pero, al mismo tiempo, hay que calcularlo de tal manera que no se cree una espiral inflacionista», concluye.