Los trabajadores, desde el apagón de las cubas electrolíticas en la planta de Alcoa en San Cibrao (Lugo) el pasado 1 de enero, tratan ahora de dejarlas «con el metal justo para que el rearranque sea lo más fácil posible».
El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha explicado que pretenden dejar las cubas «en las mejores condiciones», para lo que se «mira su antigüedad y como tienen los cátodos y así el arranque sea el mejor posible». Seguidamente ha constatado que «la actividad sigue en funcionamiento en toda la planta, salvo el tratamiento de electrolisis».
«Dentro de tres meses irá el departamento de ánodos, donde el horno de cocción se va a parar para hacerlo nuevo», ha detallado. Además, Zan ha precisado que se continúa «con los trabajos de mantenimiento», con lo que «los trabajadores (sobre una plantilla de mil) no se van a casa y tienen que hacer mantenimiento y formación».
También ha añadido que «les quedan dos años de preparación para cuando llegue el momento arrancar de nuevo», y es que ése es el plazo negociado con la multinacional para iniciar de nuevo la producción de aluminio, a finales de diciembre de 2023.
«PUDO HABER HECHO MÁS»
El presidente del comité de empresa ha confesado que la sensación que tiene es que el Gobierno central «pudo haber hecho más con el marco energético, y después de dos años de promesas nos han dejado de lado y ahora estamos con un apagón que nadie quería».
También ha aclarado que la planta de San Cibrao es de las «más rentables» de todas las factorías salpicadas por el mundo con que cuenta Alcoa.