Con la inflación disparada al 5,7% en octubre en Galicia y la previsión de que así seguirá lo que resta de año, los consumidores gallegos adelantan sus compras navideñas, lo que ha elevado más todavía los precios de algunos productos ‘estrella’ como los procedentes del mar.
«Este año, muchas familias no podrán disponer de productos habituales de la Navidad porque el bolsillo lo va a impedir. El aumento de precios es importante, sobre todo en productos como los del mar», advierte el portavoz de la Unión de Consumidores de Galicia, Miguel López, en declaraciones a Europa Press.
Por su parte, el presidente de Facua en la comunidad gallega, Víctor Muñoz, constata que la necesidad de planificar y anticipar compras es este año más acusada que en anteriores ocasiones.
Ambos destacan que lo aconsejable es realizar una lista de lo que uno desea adquirir para evitar las compras compulsivas, pero la elevada demanda, advierten, está contribuyendo a incrementar más (y antes) unos precios ya «importantes» debido al encarecimiento de los costes de producción, fundamentalmente por la energía.
«Todo se está repercutiendo al de siempre, al consumidor, al que los salarios no le aumentan ni mucho menos en la misma medida», lamenta Miguel López.
Precisamente a este respecto, diferentes expertos como representantes del Consello Galego de Economistas o del centro de estudios de BBVA constatan del riesgo de que haya «conflictividad laboral» por la reivindicación de adecuación de los sueldos a la inflación en los próximos meses.
Estos dos organismos avisan, asimismo, sobre el riesgo de que el alza de los precios se prolongue y llegue una segunda ola de inflación, después de la provocada por los cuellos de botella tras un año en que hubo ahorro y menos consumo.
En todo caso, valoran que, en el caso español pero sobre todo en el gallego, es el consumo el que está manteniendo el dinamismo para la recuperación de la economía.
Por parte de Facua, Víctor Muñoz lanza un mensaje a las autoridades para que asuman tareas de inspección pues debe existir un «control administrativo» de los precios. «Tienen que vigilar que las empresas no se estén aprovechando de estas circunstancias», resalta.
MENOS GASTOS EXTRA
El Instituto Galego de Consumo desarrolla campañas informativas relacionadas, por ejemplo, con la factura de la luz y atiende quejas por cuestiones relativas a fallos de suministro o repotenciaciones. No obstante, en lo relativo al índice de precios de consumo (IPC) es el Instituto Galego de Estatística (IGE) el que lleva en Galicia el análisis de los datos.
Algunas de sus encuestas, como la coyuntural a hogares, refleja un recorte en la previsión de asumir extras estas navidades por parte del consumidor gallego.
Así, el 33,41% de los preguntados (algo más de tres de cada diez gallegos) tiene pensado permitirse hacer algún gasto extraordinario en productos de alimentación durante el último trimestre del año. Es preciso retrotraerse a 2016 para encontrar un porcentaje más bajo que este. De hecho, desde entonces solo fue inferior el del año pasado, en plena pandemia (cuando se situó en el 30,35%).
Esta misma encuesta recoge para el tercer trimestre que el 50,09% de los gallegos tienen previsto salir a cenar e ir a cafeterías, cine o teatro durante el último periodo del año. Hay que irse hasta 2011 para dar con un porcentaje más bajo.
Y es que, con el IPC anual al 5,7% en octubre, los mayores repuntes se concentran en apartados como vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (24,2%) y transporte (12,5%), pero también afectan, entre otros, a los precios de los restaurantes y hoteles (2,5%).
Las asociaciones de consumidores recomiendan «siempre» adelantarse al periodo de consumo «álgido», cuando todo sube «mucho más», y añade que «este año en particular ha cogido a pie cambiado porque se supone que habían dado por finiquitada la pandemia, cosa que se ve que no, y todo el mundo quiso hacer lo que no había hecho el año anterior», lo que implica que «ha habido mucha más demanda de todo».
También avisan del «problema gravísimo de estafas por internet» y alertan a los consumidores para que «no se crean las ofertas super especiales porque nadie vende un duro a cuatro pesetas».
Mientras, la Unión de Consumidores de Galicia, que analiza los datos con un observatorio propio, da cuenta del impacto en la cesta de la compra de la subida de precios en general y de las materias primas y los costes de producción en concreto.
Una familia gallega con cuatro miembros, calcula, está gastando «solo en productos básicos» como carne, pescado, lácteos y algún envasado, unos 600 euros al mes. «Esto hace que el escenario sea complicado», señala Miguel López.
Ante esto, indica que la reacción del ciudadano es la «esperada y siempre recomendable planificación de las compras» y también un «uso más responsable de los alimentos», para evitar el desperdicio.
EFECTOS PARA EL COMERCIO
Pero la inflación también tiene efectos del lado del comercio, y así lo acredita el responsable de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas, quien, en declaraciones a Europa Press, augura compras «más moderadas» a las que se podrían esperar por la inflación y el aumento del coste de la vida por otros motivos como el incremento de las cotizaciones de los autónomos.
Seijas lamenta el «perjuicio» que supone para el comercio de proximidad el adelanto de las compras por el denominado ‘black friday’, que a día de hoy se ha convertido «en una semana de descuentos», toda vez que los pequeños establecimientos tienen «unos márgenes muy limitados» para competir.
En cualquier caso, y tras un 2020 marcado por confinamientos y menos actividad social que este año, los comerciantes gallegos prevén que el consumo alcance niveles similares a los de 2019.