La alcaldesa de Viveiro, la socialista María Loureiro, se ha mostrado «preocupada y decepcionada» con el fracaso en la negociación del ERE de la planta de Vestas en Chavín, luego de que el periodo de consultas concluyera el lunes sin acuerdo.
Su «enfado» tiene que ver, sobre todo, porque «la empresa no quiso alargar el ERE, tal y como se le propuso por parte del comité de empresa», tras ocho horas de reunión con la dirección de la multinacional danesa en un hotel de Viveiro.
«Se necesitaba tiempo para poder buscar una alternativa, si había posibles compradores para esa factoría se necesitaba un poco más de tiempo para consolidar ese interés por la fábrica de Vestas», ha destacado, después de que la Xunta identificase a nueve posibles compradores de la planta mariñana.
Loureiro ha confesado que «ahora se está a la espera» y también «pendientes de la actuación del gobierno y de la Xunta de Galicia para evitar el despido de los 115 trabajadores» de Vestas, aunque ha coincidido en que la multinacional danesa «ha actuado de muy mala fe».
«Se demostró la mala fe que tiene, sobre todo ante la posibilidad que se le ofreció de venta», ha indicado. Loureiro ha abogado por la venta de la factoría de Chavín con el fin de «evitar el despido» de la totalidad de la plantilla a finales de año.