Trabajadores de IKF, que fabrica materiales refractarios en A Guarda (Pontevedra), han iniciado este martes una huelga indefinida para rechazar la «precariedad» laboral y la doble escala salarial, que afecta a los nuevos empleados que carecen de formación técnica.
El miembro de CIG-Construcción Xulio Vicente ha explicado a Europa Press que la aplicación del convenio estatal para los trabajadores sin formación técnica que se incorporaron a partir de enero de 2018 supone que perciban «unos 5.000 euros anuales menos» que el importe recogido en el de la empresa.
El sindicato, que preside el comité y cuenta con cuatro de sus cinco miembros, también ha señalado que tras confirmar la dirección que no renuncia a prolongar la doble escala salarial y que actualizará los sueldos en base al convenio estatal se ha decidido convocar una huelga indefinida. Además, Vicente ha criticado que el único delegado de CCOO no haya secundado el paro en su primera jornada.
Previamente, se celebró una huelga indefinida entre el 14 y el 30 de julio que se suspendió en agosto por vacaciones. El 30 de agosto el paro se retomó los martes, miércoles y jueves de cada semana hasta la pasada.
Posteriormente, este lunes, se acordó que la huelga volviese a ser indefinida después de que la transnacional francesa propietaria de IKF trasladase a los trabajadores que «no da marcha atrás en sus pretensiones de precarizar las condiciones laborales», según CIG. De este modo, este martes a las 6,00 horas ha dado comienzo un paro indefinido secundado por 53 de los 55 empleados de producción.
CRÍTICAS A LA EMPRESA
Así las cosas, el sindicato ha criticado que la empresa «rechace la mediación para poner fin al conflicto» y ha denunciado que «ni la Xunta ni la autoridad laboral ejercen sus competencias» al «no obligarla a sentarse». También ha acusado a los medios de comunicación públicos de «ocultar la lucha de los trabajadores pese al importante peso que la empresa tiene en la comarca» y «lo justo de sus reivindicaciones».
Tras insistir en que las demandas «seguramente no serían necesarias» si se hubiesen derogado las reformas laborales, la central ha tachado de «aberración» la doble escala salarial y ha apuntado que la empresa ha planteado «mantenerla durante seis años ligada a una serie de objetivos» o «que esté vigente durante 10 años en los que los salarios se incrementen un 10% cada año».