La CIG muestra su «absoluto rechazo» al cierre anunciado por Vestas en su planta de Chavín, en el municipio de Viveiro (Lugo), y reclama a la Xunta que adopte las medidas necesarias para evitar despidos.
En un comunicado, el sindicato reprueba que esta decisión empresarial «no tiene más motivación que deslocalizar la producción para incrementar los beneficios». «Permitir los 115 despidos directos y el cierre de la fábrica de Vestas supondría un durísimo golpe en el proceso de decaimiento progresivo que vive A Mariña a nivel industrial y de empleo», avisa.
«Es el mundo al revés: llena el paías de eólicos, pero se permite que cierren las fábricas donde construyen las piezas de los molinos y que se destruyan centros de empleo para seguir engordando los bolsillos de los accionistas», censura el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril.
Sobre este extremo, afea el papel de la Xunta, que fomenta la implantación de parques eólicos y el «expolio» de recursos «en favor de los intereses de grandes eléctricas y fondos de inversión», al tiempo que «asiste con pasividad al desmantelamiento de los sectores productivos».
Igualmente, el secretario xeral de la CIG tacha de «auténtico crimen» que el Gobierno central mantenga la plena vigencia de la reforma laboral, «que da poder total a la patronal para aplicar despidos de manera unilaterl, facilitándoles así echar el cierre y deslocalizar la producción».