El BNG defiende el sector cárnico de Galicia, que tiene una ganadería de vacuno y ovino-caprina que «no solo destaca por su alta calidad alimentaria, sino por ser mayoritariamente extensiva». Así, ha destacado que es «respetuosa» con el medio ambiente, además de «clave» como actividad económica para mantener «vivo el rural, actuando como freno a la despoblación y al abandono del territorio, en un país en el que los incendios son uno de los principales problemas ambientales».
En este sentido, la formación nacionalista, a través de su portavoz parlamentario de Medio Rural, Xosé Luís Rivas, ha pedido «prudencia» en las declaraciones que se hacen desde el Gobierno del Estado y critica que «se culpabilice injustamente» a un sector «muy impactado economicamente por la pandemia» y para el que las declaraciones del ministro de Consumo suponen «un mazazo injustificado».
Para Rivas, es necesario «poner el foco en un modelo de consumo que importa masivamente alimentos producidos a miles kilómetros en condiciones sanitarias y laborales que no están homologadas con las del país», mientras que hay 300.000 hectáreas agroganaderas abandonadas e infrautilizadas con un gobierno de la Xunta «indolente ante este abandono de tierras y sin la más mínima preocupación por cuestiones como la soberanía alimentaria».