Delegados de la CIG se han concentrado este martes ante la entrada principal de la planta del grupo Stellantis en Vigo, encabezados por el secretario comarcal del sindicato, Alberto Gonçalves, y por el secretario nacional de la Federación de Industria, Xoán Xosé Bouzas, para denunciar la «precariedad» de los ERTE en la automoción y la «deslocalización», y para reclamar una «apuesta decidida» de la Xunta por este sector.
Según ha recordado Xoan Xosé Bouzas, la automoción gallega se encuentra en una situación de «incertidumbre» por las consecuencias de la pandemia y de la llamada crisis de los ‘microchips’, que está generando problemas de abastecimiento de componentes.
En este escenario, ha recordado, el grupo Stellantis ha recurrido a aplicar «un ERTE a la carta», que incide en la «precariedad» de la plantilla y que ha arrastrado a otros miles de trabajadores de la industria auxiliar.
Por ello, la CIG ha reclamado implicación de la administración autonómica para favorecer que las plantas de componentes estén en Galicia, y que la industria no tenga que depender de proveedores extranjeros. Asimismo, han pedido que la Xunta haga inversiones pensando «en el futuro» para garantizar la provisión, por ejemplo, de baterías para coches eléctricos.
«Si no hay una solución a tiempo, con la deslocalización, se perderán miles de empleos, y esto se puede convertir en un desierto industrial, como está pasando en el Norte de Galicia», ha advertido el secretario nacional de la Federación de Industria de la CIG.
RESPUESTA DE STELLANTIS
Por su parte, fuentes de la planta viguesa de Stellantis han respondido a estas protestas apuntando que «los desafíos y los problemas deben abordarse con compromiso y responsabilidad», una visión que comparte «la mayoría de la representación social» en la fábrica, que ha respaldado el ERTE para afrontar la actual situación.
Según ha incidido, este enfoque «protege» la competitividad de la fábrica y su «posición de liderazgo» en el sector de la automoción europeo, mientras que «la falta de voluntad constructiva de los convocantes de esta protesta no es un buen ejemplo a seguir», y «otros sectores industriales en Vigo padecen hoy las consecuencias de este tipo de sindicalismo».