El despido de 8.291 personas planteado por CaixaBank en el conjunto estatal implica en torno a 90-100 salidas en Galicia de una plantilla global de 830 empleados (contando a Bankia, que aporta a unos 120 trabajadores en la comunidad), según los datos que maneja CC.OO.
En declaraciones a Europa Press, el portavoz del sindicato Xoan Carlos Viveiro se ha mostrado «sorprendido» por algunas de las condiciones que ha trasladado la dirección, como que solo aceptará que la mitad de las salidas sea de empleados mayores de 50 años, lo que «eliminaría buena parte de la voluntariedad» en las salidas.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la entidad, esta «cerraría una de cada cuatro oficinas» y además despediría a «uno de cada cinco empleados», datos que ha visto en parte «extrapolables» a Galicia, menos en lo referente a las sucursales, puesto que dependerá de la duplicidad con Bankia, que será mayor en territorios como Madrid.
Además, critica que «las condiciones ofertadas están muy lejos de cualquier otra propuesta que se ha hecho en el sector financiero» y las tilda de «absolutamente kafkianas», pues «no invitan a una salida».
«UN INSULTO A LA PLANTILLA»
Son, de hecho, en opinión de CC.OO., «un insulto a una plantilla que en plena pandemia tuvo la totalidad de las oficinas abiertas dando servicio salvo aquellas con positivo entre compañeros».
El centenar de trabajadores afectados que calculan para el caso gallego «es muchísimo y sobre todo en estas condiciones», evidencia Viveiro. Así, incide en que la organización sindical considera que este planteamiento «son condiciones de derribo».
«Las limitaciones abocan a que tenga que haber despidos forzosos y cuando hablan de meritocracia se trata de un eufemismo para que la empresa elija», censura. Por todo ello, remacha que «es una provocación y una falta de respeto».
La edad media de la plantilla en Galicia, en el caso de Caixabank, está en unos 45 años, según estima, lo que avanza una «dificultad terrible de que encuentren otro empleo» en caso de que se vean obligados a dejar la entidad.
Por todo ello, espera que haya «margen» para modificar la propuesta que plantea la dirección y asegura que, de no haberlo, habrá contestación social.